Dazai parásito

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Ese día Dazai había estado infernalmente pegajoso, Chuuya aún se preguntaba el porque.

Cuando llegaron a su casa y mientras el cobrizo sacaba las cosas que habían comprado de su bolsas, Osamu soltó un bomba inesperada.

– Hey Chuuya ¿Y si nos besamos? –

– ¿Qué putas? – Chuuya dejo caer el tarro de pegamento.

Que suerte que aún estaba sellado.

– Leí por ahí que sirve para reforzar la confianza en la amistad. – Dijo evitando mirarlo.

– Mentiroso. – Lo acusó. – Solo di que quieres besarme y ya.

Ni él sabe como esas palabras salieron de su boca.

Tomo todo y lo dejo encima de la cama con cuidado.

El silencio los acompañó un buen rato hasta que Dazai finalmente lo dijo.

– Quiero hacerlo. –

Chuuya se había sentando a su lado, ambos estaban en el piso con sus espaldas contra la cama del cobrizo.

El rostro del castaño estaba totalmente rojo y sus ojos brillaban de emoción.

Chuuya se sintió tímido de golpe.

– ¿Qui-Quieres ha-hacerlo...? –

Dazai asintió rápidamente y Chuuya no supo que debía hacer.

Ese sería su primer beso.

Pero aún así asintió con lentitud.

Dazai emocionado primero se lanzó a abrazarlo, Chuuya estaba confundido.

No estuvo preparando para cuando Dazai junto sus labios en una tímida danza.

Soltó un pequeño quejido por la sorpresa.

Osamu agarro las manos del cobrizo y las entrelazó con las suyas.

Se separó lentamente para observar a Chuuya.

En frente suyo estaba el chico más hermoso que alguna vez sus ojos haya presenciado.

Se veía muy lindo con su rostro completamente rojo, sus ojos adormilados y sus labios hinchados.

Que buena vista.

– O-Otro por favor. – Pidió Chuuya.

Oh. 

– Bien, pero debes abrir la boca cariño. – Le susurro cerca de los labios para luego darle un fugaz beso.

– ¿A-Abrir la boca? ¿Para qué? –

Chuuya quien siempre se mostraba tan fuerte y rudo, con una personalidad extrovertida estaba siendo tímido.

Osamu se estaba derritiendo por dentro.

– Hazme caso cielo, sé lo que hago. – Le dió otro besito.

– ¿Ya has besado más personas? – Sonó tan enojado.

– No, pero he leído mucho al respecto. – Le sonrió.

Chuuya solo cerro los ojos con fuerza y abrió su boca tímidamente.

Dazai sonrió antes de atacar al pequeño.

Tomo sus manos y las puso contra el colchón para poder acercarse más y más.

Empezó a explorar cada parte, cada centímetro de la boca del cobrizo quien solo soltaba unos hermosos sonidos de placer.

Mierda, esto no iba a terminar bien.

De aquellas noches sin dormir - Shin Soukoku [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora