Los relatos de mis lágrimas.

Don't look back.

- VETE AL INFIERNO!
Salgo del apartamento arrastrando mi maleta y cierro la puerta con un fuerte golpe.

Otra vez lo mismo, otra mentira, otro engaño. Pero esta seria la última vez, no volvería a caer. Ya no más.

Afuera la nieve cae cubriendolo todo de blanco y el viento azota con fuerza los arboles en la plaza al otro lado de la calle.
Cruzo corriendo hasta el primer banco que encuentro y me desplomo sobre él. Entierro mi rostro entre mis manos y dejo que el aire helado calme mi respiración.

Automáticamente nuestra discusión se reproduce en mi mente como un video que nunca termina. Todas sus caricias, sus palabras dulces y momentos que pasamos juntos parecen lejanos y borrosos ahora.

Yo sabia que me engañaba, en el fondo siempre lo supe, pero nunca quise admitirlo. Me parecia una idea estúpida cuando sentía su mirada sobre mí, sus brazos a mi alrededor, su suave contacto contra mi piel. Siempre me recordaba una y otra vez cuanto me amaba, cuán importante era yo para su vida. Y yo le creía. Simplemente me perdia con su voz en mi oído, dejandome emborrachar por la dulzura de cada palabra.

Puras mentiras.

El día en que me enteré que me engañaba no dije nada, no le reproche ni exigí una explicación. En cambio, le mostré que yo era mejor, mejor que cualquier amante que pudiera tener. Bebimos, reimos y terminamos la noche en la cama, como la feliz pareja que éramos. O creiamos ser.

La segunda vez, me enteré por una amigo en común entre nosotros. Me contó con tristeza cómo los vió en un viejo bar besandose y luego irse juntos. No le quise creer, eran puras mentiras, celos de nuestra relacion tan duradera y solida.
Esa vez tampoco le pedí explicaciones, me limité a mostrarme ausente y cortante, pero ni siquiera lo notó.

Cada vez pasábamos menos tiempo juntos, siempre se ausentaba o ponia escusas sobre que tenía mucho que estudiar en la universidad. Y yo siempre le di su espacio, nunca le negué nada.
Ahora ya no sabía que pensar al respecto. Una parte de mi seguía luchando por nuestra relacion, por el amor que nos habíamos jurado.

Pero todo eso terminó hoy.

Al salir de la universidad planeaba ir juntos a un restaurant, comer algo rico y poder hablar sinceramente de todo lo que estaba sucediendo. Quería arreglar las cosas, tomar las medidas necesarias para poder volver a ser aquella pareja enamorada que eramos hace dos años atrás otra vez.

Hoy se suponía que trabajaba hasta tarde, pero pedí el día y fui directamente hacia nuestro apartamento.
Y allí es donde los encontré.

Juntos, enredados en las mismas sabanas, en la misma cama, en la misma habitacion en la que soliamos estar nosotros.
Nosotros... Existía eso ahora?

Ya no tenia argumento alguno para seguir engañándome, para ocultarme la verdad. Ya no tenia sentido obligarme a no creer lo que sucedia.

Discutimos. De la forma mas horrible que jamas lo hicimos. Ya no ocultamos nada, ya no reprimiamos ningún sentimiento. Lo dijimos todo.
Al final me canse de seguir con esta farsa. Tomé todas mis cosas y me largue de ese lugar que ahora me daba asco en comparación de la paz que me hacia sentir cuando aún creía tener a alguien que me amaba junto a mí.

Y aquí estoy ahora. En medio de la noche, en una plaza desierta, con nieve acumulandose sobre mi maleta y las lagrimas en mi cara congeladas por el frío. Sabia que en algún momento esto sucedería, sabia que todo terminaría asi.

Entonces lo decido, ya no puedo vivir de esta manera. Ya no lo vale dar tanto por alguien que no da nada por mí.
Me pongo de pie y comienzo a caminar hacia el lado opuesto de nuestro departamento, alejandome de todo aquello que pensé que me pertenencia.

- Lo siento! - Oigo su voz detrás de mi. - Por favor no te vayas. No me dejes aquí.

Insipiro el aire frio y exhalo, dejando salir una nuvesilla de aire caliente por mi boca.

- Ya es tarde - Digo de espaldas a la persona que amaba.

Sigo caminando. Haciendo caso omiso a sus suplicas y perdones.
Simplemente sigo caminado.

Sin mirar atrás.