Dirty Red Feathers - Lawlu

Capítulo 37: Tonta marioneta

Isla Dod, 18:01

La fábrica principal

De alguna manera, todos consiguen llegar al pasillo, fuera de peligro. El grupo piensa que es un milagro. Sanji piensa lo contrario.

Zoro ha perdido un ojo, joder.

Y todo por su culpa.

Ivankov y Koala los dejaron para correr tras Caesar, que se acercaba cada vez más a la salida. Inazuma se quedó atrás por curiosidad, Sanji podía sentir los ojos del hombre en su espalda mientras se preocupaba por Zoro. Marco tambien se quedo, proclamandose como medico. Un médico que no ejercía, pero médico al fin y al cabo.

Lo que sea. Sanji no era exigente. Zoro necesitaba atención médica, y la necesitaba ya.

Marco les ladró órdenes, que le dieran espacio, que tumbaran a Zoro boca arriba, que arrancaran una parte limpia de su camisa para usarla como gasa, y joder, a Sanji no le temblaban las manos mientras se acercaba lentamente a su camisa.

"¿Se pondrá bien?" pregunta en voz baja, y Marco vuelve los ojos preocupados hacia él.

"Si al menos puedo hacer presión para detener la hemorragia", dice entonces, señalando con la cabeza el lugar donde Sanji se detuvo al rasgar la tela. Oh. Cierto.

Inazuma observa como el rubio rasga su camisa con una fuerza despreocupada, y sale con un puñado de tela. "¿Qué ha pasado?"

Marco coge el algodón ofrecido y presiona suavemente el ojo de Zoro. El hombre ni se inmuta. "Una espada o algo así lo alcanzó", fue la sencilla explicación que dio el peliverde. "No te preocupes".

Sanji siente que se le forma un nudo en la garganta al escuchar esas palabras. Zoro no quería ponerle en un aprieto.

La explicación parece sentarle bien a Inazuma, que suspira mientras bebe un sorbo de su copa. "¿Crees que estarás bien?".

Se encoge de hombros y Marco le mira con el ceño fruncido. "No te muevas. Sólo quiero asegurar algunas cosas".

Zoro se relaja un poco, pero incluso Sanji puede ver las líneas de tensión casi visibles en su cuerpo. Desvía la mirada y se pasa las manos por el pelo. Joder. Esto tenía que ser una broma.

"Vale, ya he acabado", Marco retrocede lentamente para inspeccionar su trabajo. "No tengo nada a mano para limpiarlo, así que para ser honesto, eso podría infectarse".

"Está bien", gruñe Zoro, poniéndose en pie. Intenta ocultar la mueca de dolor del movimiento, pero Sanji la capta. Dios, lo capta.

"Zoro, yo..." Sanji empieza, sin palabras. ¿Qué puede decir? Sabe que no debería reprenderle después de salvarle, pero maldita sea, si Zoro no era la persona más testaruda cuando se trataba de su seguridad. Sabía cuidarse solo, joder, por eso...

Unos fuertes brazos rodean el esbelto cuerpo de Sanji, deteniendo bruscamente sus pensamientos. Se sacude en los brazos de Zoro, casi con violencia, y Zoro lo abraza con más fuerza. "Me alegro de que estés bien", le susurra bruscamente al oído. A Sanji casi le fallan las rodillas.

El rubio emite un suave sonido en el fondo de su garganta antes de relajarse y rodear al espadachín con sus propios brazos, apoyando la cabeza en el pliegue de su cuello. "Maldito idiota".

Zoro se ríe débilmente, pero acaba con una tos estremecedora. El rubio se aferra con más fuerza a él, como si Zoro fuera un salvavidas y él se estuviera ahogando.

"Te dije que no hicieras esa puta mierda, te lo advertí, y tú...". Sanji respira entrecortadamente, acabando con los mechones de aire entrecortado. "...me lo prometiste".