Nota Verde 1/2

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Pov/ Juan Carlos Bodoque.

Me encuentro en el auto, dirigiéndome hacia la laguna de Conchalí. Salito solicitó mi presencia para hacer ver la gran contaminación a la que está siendo sometido el humedal, y que si sigue en progreso, no habrá solución.

A pesar de estar a punto de grabar mi Nota Verde, por la cual siempre trato de estar lo más alerta y sobrio posible, no me di cuenta que habíamos llegado hasta percatarme que el auto se detuvo. Cerré mis ojos ligeramente, la noche anterior no fue la mejor, pero tampoco fue una de las peores.

—Ya llegamos, Juan Carlos —avisa Tulio girando hacia mi. Se ofreció a traerme para no tener que venir incómodamente en bus. Tuvimos que madrugar aún más, pero no se retractó.

—Gracias Tulio —dije antes de abrir la puerta y salir.

—¡Recuerda tu terapia, Juan Carlos! —lo mire— Es a las 8 a.m mañana y virtual.

—Lo se Tulio, no lo olvido.

Hace un par de meses asisto a terapia por mi ludopatía. Empecé a asistir en contra de mi voluntad, siendo obligado por Tulio quien me ha acompañado en todo este proceso.

Aunque no quería asistir a terapia como dije anteriormente, debo admitir que está bien. Casi no asisto a las carreras de caballo o al casino. Los bajones de ánimo que me atormentaban cada mes desaparecieron a la par que mi ludopatía era tratada. De vez en cuando la terapia era con compañía (exceptuando la psicóloga y yo), en estos casos Tulio era quien estaba allí, aunque me sacaba de quicio una que otra vez, era alentador que siempre estuviera allí.

—Si necesitas algo no dudes en escribirme —Tulio sonríe bobamente.

—Lo que digas Tulio —acomode mejor mi mochila—. Nos vemos. Te escribiré cuando termine.

—Está bien —hace rugir al motor— ¡Adiós Juan Carlos!

—Adios Tulio.

Empecé a caminar para llegar al humedal. Debía caminar unos metros, los suficientes para una buena caminata "matutina".

No me encuentro con ningún camarógrafo, esta vez, yo mismo me encargaré de grabar.

No me siento en disposición como para estar con camarógrafos o algo así; además de que el camarógrafo que siempre me acompaña en mis Notas Verdes está de vacaciones.

Iré directamente a la cabaña en la que reside Salito, hablaré con él para saber el qué haremos con exactitud, descargaré mis cosas allí mismo (gracias a qué me dejó quedarme allí estos dos días) y empezaré a hacer la Nota Verde.

—Agh, mierda —la suerte tal parece no está de mi lado hoy. Mi pie se hundió en un charco pantanoso, arruinando la apariencia de mi zapato derecho.

Siendo más exactos, ¿Cuándo la suerte ha estado de mi lado?

Seguí mi camino sin importar lo húmedo que ahora estuviera mi zapato, afortunadamente mi pie está intacto y seco.

Si Tulio estuviera aquí seguro estaría quejándose por "caminar tanto". No aguantaría estar nuevamente en la naturaleza como cuando éramos niños.

Camino a un paso veloz y constante, lo que me permite llegar rápidamente a la cabaña de Salito, la cual no estaba muy alejada de la laguna de Conchalí. Salito me ve por la ventana y alza su mano.

—¡Juan Carlos! —se le ve sonriente.

Llegué a él después de saludar levantando un poco mi mano. No es que sea difícil de reconocer, no muchos mitad conejo tienen cola de reptil también.

Disfuncionalmente Funcional | Tulio x BodoqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora