Después de tener sus uñas pintadas, su cabello recortado, y su piel rejuvenecida, Felix tuvo que admitir que se sentía sexy... y agotado. No sabía que era un trabajo tan duro ser bonito. Diablos, ni siquiera estaba seguro de que valiera la pena. Cuando Hyunjin lo arrastró por la acera, lo único que quería hacer era correr a la cafetería más cercana para rellenar su cara con pasteles de chocolate. Nunca pensó que vería el día en que estuviera demasiado cansado para ir de compras.
—Estoy agotado—dijo—. ¿No podemos ir otro día?
—No. —Hyunjin se paró justo fuera de una tienda de ropa—. Tenemos que encontrar la ropa para el concierto.
—¿Cómo me encontraste ese traje? —Después de todo, él sabía su talla—.Lo que sea. Eso sí, no escojas cualquier cosa que muestre demasiada piel.
Giró la cabeza en la dirección opuesta, pero Hyunjin tomó su brazo.
—Un momento. —Hyunjin gruñó—. Estoy haciendo todo esto por ti. ¿Crees que me gusta ir de compras a tienda de ropa? Si estoy sufriendo con los dependientes y jeans caros, sufrirás junto a mí.
—Oh hombre...
—Un traje. —Hyunjin levantó su dedo—. Eso es todo. Y un par de zapatos para ir a juego.
Encontrar un par de zapatos y un nuevo traje sonaba tan desalentador como un viaje hacia el Monte del Destino.
—Está bien. —Caminó hacia la puerta.
—Bien. —Hyunjin siguió detrás de el—. Si te hace sentir mejor, prefiero matar una legión de demonios que enfrentarme a una de estas tiendas.
Bueno, al menos no sería miserable solo. Con un suspiro, se dirigió dentro de la tienda.
Fue golpeado con un chorro de aire que olía a ambientador y perfume. Una mujer solitaria de pie en la esquina mirando a una camiseta. Una dependienta estaba detrás de la caja registradora, recogiendo el esmalte moteado de sus uñas. Cuando la dependienta vio a Hyunjin, sus ojos se agrandaron y se dirigieron directamente hacia él. Hasta la mujer en la esquina lo miró. No era broma para un chico que pasaba la mitad del tiempo invisible. Las mujeres se sentían atraídas por él como abejas a la miel. Si conocieran su personalidad, pensó con amargura, en dirección a un estante de trajes.
La dependienta batió sus pestañas a Hyunjin.
—¿Le puedo ayudar en algo hoy, señor? —preguntó la dependienta.
—No —dijo.
—Tenemos una gran colonia —persistió la mujer.
Por alguna razón los ojos de la otra mujer cubriendo a Hyunjin le asqueaba.
¿Por qué estoy tan irritado? Hyunjin era un ángel o tenía disfunción eréctil.
La vendedora podría parecerse a Angelina Jolie y no pasaría nada. No es que sea asunto suyo si lo hiciera. Arrugó la nariz.
—No estoy interesado en colonias, gracias. —Él esbozó una sonrisa afable—. Huelo bastante bien ya. Creo que el chico en la esquina podría querer tu ayuda con algo. ¿Por qué no vas a asistirla?
—Oh, está bien. —La dependienta dio un paso atrás, luciendo decepcionada. Hyunjin se dirigió a Felix y le pasó un brazo por los hombros de nuevo.
—¿Ves algo bueno? —preguntó.
—Creo que me vería muy bien en esto —dijo con sarcasmo, sacando un traje de flamenco rosado con una enorme cantidad de lentejuelas.
Incluso Hyunjin resopló.
—Si compraras ese traje, me aseguraría de hacer que tuvieras un fatal accidente de camino a casa —dijo.
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HEAVEN || Hyunlix✔
RandomUn ángel enojado está a un paso de ser degradado. Un rubio ardiente que es bien conocido por crear problemas. ¿Qué podría salir mal? Solo hay un problema. El se enamora de Hyunjin. Su pasión está prohibida. Es ilegal. También, imparable.