Si yo tomara la humanidad sobre mis hombros,
así como un poderoso y pretérito Atlas,
tomaría entonces sobre mi,
una carga incontable de libros; cargaría con sus interrogantes,
con sus muchas páginas y con sus páginas escasas,
cargaría con lamentos e interjecciones,
llevaría sus signos de exclamación y sus letras de tristeza.
Si yo tomara todo el mundo sobre mí, como un Atlas reencarnado, entregaría entonces mi cuerpo en sacrificio,
ofrecería mi espalda al escarnio de los diálogos mordaces
y la sangre de mis venas sería ruidosa tinta en silenciosas páginas.