Ella, mi madre, parece incomodarse simplemente por mi presencia. Me sigue a cada rincón, gritándome sin cesar. Las consecuencias de sus acciones apenas me afectan; después de todo, está "educándome", al menos eso dice.
Su trabajo, irónicamente llamado así, consiste en juzgar cada uno de mis movimientos, pensamientos y emociones. Para ella, soy más que una molestia, una peste, una rata invasora en su propio hogar. Lo afirmó con sus propias palabras. ¿Y tu madre? ¿Qué dice de ti?....