Décima Semana

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Tenía un estrés en el cuerpo increíble y es que me encontraba en la semana de exámenes finales del primer trimestre. Está claro que no son tan difíciles como los de final de curso, pero aún así, estaba que no podía más. El miércoles empezaría con el primero y al acabar la semana, solo me quedarían dos más.

Tras la quedada del sábado, no despegué mi mirada de los cuadernos de las distintas asignaturas, sin embargo, mi querida amiga Alba no había despegado su mirada del chico al que conocimos en Madrid. Se llamaba Fran y aunque a mí me parecía un poco feo, si a mi amiga le hacía feliz pues a mí también.

Aquella mañana, Olivia y yo comentábamos los exámenes, porque lo que nos importaba de verdad era lo que Alba tenía que decir.

-Buenos días- La saludamos ambos con una sonrisa.

-Buenos días- Repitió.

Hubo un segundo de silencio.

-Bueno, cuéntanos- Dijo Olivia desesperada.

-Tranqui, no pasó nada.

-¿Cómo que no? Si eres guapísima.

-Pero no por eso.

-¿Y por qué?-. Pregunté yo.

-Dimos una vuelta por aquí y en un momento determinado, le noté nervioso y le pregunté que le pasaba. Me dijo que era la primera vez que estaba tan cómodo con una chica, básicamente porque nunca había tenido una cita si eso podía considerarse como una. Intenté darle un beso para relajarle y me lo esquivó. Quería ir más lento y yo como una tonta lo acepte.

-¿Y ya está?-. Pregunté.

-Ya está.

-Aquí hay algo que falta.

-No, de verdad.

-¿No sería al revés?

-Para tu información chaval he tenido cuatro parejas, tres casi algo y unos cuantos líos.

-Vale perdón.

-No, pero creo que Dani tiene razón. No digo que hayas invertido los papeles, pero yo que te conozco de hace más tiempo, sé que si un chaval es tan negado le mandas a la mierda-. Dijo Olivia.

-Pues he cambiado.

Había algo que no me cuadraba, pero prefería callarme.

A lo largo del día, Alba estaba un poco rara, pero no le dimos mucha importancia. En las clases, estudiamos los exámenes de la semana cuando los profesores no miraban, sin embargo, la profesora de música nos vio y nos echó una bronca increíble por no querer guardarlo. Parecía que habíamos matado a mínimo veinte personas. Sin duda, es la profe que peor me cae. Además, está todo el rato mirándonos y mandándonos callar cuando a veces llevamos sin abrir la boca diez minutos. El otro día va y me dice que estoy al filo del parte todos los días, pues venga, que me lo ponga porque yo sé que no haga nada para merecerlo, pero bueno, eso, que me da asco.


El martes me lo salto, para ir directo a lo importante. El miércoles, en la subida hacia el instituto, tuvimos una conversación parecida con Alba, pero esta vez, respecto a algo positivo.

-Ayer me empecé a hablar con uno- Soltó.

-¿Qué dices?-. Pregunté sorprendido pero a la vez emocionado.

-Sí, se llama Rubén y parece bastante majo..

-Bien, a sí pasas del otro...

-Sí, pero yo aún así quiero saber como es este chaval. Enseña una foto-. Dijo Olivia.

Mi significado de estar enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora