Cain y Abel

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Después de que Adán y Eva fueron expulsados del Jardín del Edén, encontraron un nuevo hogar entre las montañas. No pasó mucho tiempo antes de que tuvieran un hijo, al que llamaron Caín. 

_¡Por la gracia de Dios, he tenido un hijo! _exclamó Eva, llena de alegría.

Junto a Caín nació una niña, Avan. Adán y Eva construyeron un altar de piedra para agradecer a Dios y ofrecieron un cordero perfecto como ofrenda. Poco después, Eva volvió a quedar embarazada y dio a luz a otro niño, Abel, y a una niña, Azura. Otra vez, la familia celebró con un sacrificio y Dios los bendijo una vez más. Los niños crecieron fuertes y sanos. Adán y Eva les contaron las historias de la creación del mundo y de cómo habían sido expulsados del Jardín y llegaron a vivir en las montañas. Les enseñaron a respetar a Dios y a trabajar la tierra. Caín se convirtió en agricultor y se casó con su hermana Avan, mientras que Abel, con un don especial para los animales, se dedicó al pastoreo y se unió en matrimonio con Azura. Algunos de los hermanos de Abel lo menospreciaban, creyendo que su trabajo era más fácil. Un día, mientras todos trabajaban la tierra con herramientas de piedra, Oted, uno de sus hermanos, se quejó diciendo.                   

_¿Abel sí que eres todo un bago no?_ dice Oted alzando la voz para que Abel escuchara _¿por qué no deja de tocar ese cuerno estúpido y nos echa una mano? Siempre haciendo música!_exclamó con el rostro enrojecido por el calor.                                                                                

Adán, su padre, dejó de cavar y se dirigió a su hijo _Ese cuerno calma a las ovejas. Abel las ha entrenado para que lo sigan al ritmo de su música, ponte a trabajar.

 Caín bufó _¿Y nosotros? ¡Trabajamos del amanecer al anochecer! El sol nos quema la piel, nuestras manos están llenas de callos. ¿Para qué tanto esfuerzo? ¿Para vivir esta vida miserable? 

Adán se puso en pie, su mirada fija en su hijo mayor _¿Vida miserable? ¿Te falta algo? Tienes comida, techo, una esposa que te ama...  

Caín lo interrumpió, alzando la voz. _¿Y eso es todo? ¿La vida se reduce a esto? Tiene que haber algo más.

Adán suspiró _Antes de que ustedes nacieran, todo era diferente. La tierra era fértil, y no tenía que trabajar tan duro, no me cansaba ni escurría una sola gota de sudor en mi rostro, tampoco tenía las manos callosas por culpa de estos incómodos instrumentos cuando podía hacer todo con mis propias manos con una extraordinaria fuerza. Así qué ya deja de quejarte y ponte ya a trabajar. 

 Caín cerró la boca y continuó con el trabajo de mala gana. 

 La familia de Adán y Eva había crecido tanto que habían construido una pequeña aldea, un refugio seguro rodeado de una empalizada de madera

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 La familia de Adán y Eva había crecido tanto que habían construido una pequeña aldea, un refugio seguro rodeado de una empalizada de madera. Tenían una huerta fértil donde cultivaban especias, verduras y plantas medicinales, y una cocina comunitaria con un horno de barro. Mientras las hijas mayores ayudaban a Eva a preparar el pan y las comidas, las más pequeñas cuidaban de los niños, que jugaban y corrían entre las chozas.

Guerra De Espiritus/GénesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora