Azul

El libro de estampas

-Toma ese libro de ahí, te lo ha dejado mi hija...o al menos eso dice en la última página que escribió.

Caminé hacia el librero y tomé un pequeño libro de color azul, repleto de estampas amarillas en la parte de su contraportada; sin pensarlo dos veces, decidí empezar a leer lo que según la madre de mi amiga era un diario.

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13 de julio de 1998

"Con solo nacer estamos destinados a sufrir y a hacer sufrir a otros."

Un color representa tantas cosas, como el amarillo, para Van Gogh era felicidad.

Para mi el amarillo es el recuerdo de la dulzura que se perdió...supongo que por eso lo odio tanto.

Una mentira, puede ser dulce, puede parecer hasta más sencilla de creer que la realidad, por eso la gente odia la muerte, la consideran un suceso cruel y hasta la maldicen, por ser una simple verdad, una verdad que no pueden soportar.

Mientras tanto la vida, se maquilla aún más que mi prima Fernanda cuando va a una cita; la vida quiere que creas que es bella, que es perfecta aunque te torture, te azote y te fuerce a levantarte una y otra vez.

Yo simplemente prefiero evitar hablar con los de la clase, no quiero encariñarme con ninguna persona. Solo te traicionan y te desprecian; al final del día, hablo por experiencia, mi última "amiga" terminó destruyendo mi trabajo que había hecho con tanto esfuerzo solo porque a ella no le pareció que el chico que le gustaba me hiciera un cumplido por mi trabajo.

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Recuerdo eso como si hubiera sido ayer

-Te quedó hermoso.-Fue lo único que pude decirle a la morena que estaba enfrente de mi, una chica callada que evitaba hablar con la gente, con cabello recogido en una coleta y unos pendientes de peces azules en sus orejas. Esa chica era...intrigante, por así decirlo.

-Gracias.

Tras decir eso se fue corriendo a su clase porque justo sonó la campana.

Nunca hubiera sospechado que me enamoraría de ella, pero de una forma que quemara, que doliera, yo creí que solo le hablaría una vez y terminé queriendo verla todos los días.

Sin dudarlo decidí pasar de página, pues la curiosidad me mataba.

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21 de julio de 1998

Bueno la verdad hoy no tengo mucho que contar, la escuela es la misma de siempre, el profesor de matemáticas me tiene harta con su constante parloteo sobre "porque considero que van atrasados en su aprendizaje", que no lo voy a negar; conozco gente que creo es demasiado estúpida para ir en tercero de secundaria.

Mi madre cree que debería intentar arreglar las cosas con Tania, pero desde el incidente de la maqueta no quiero volver a verla en mi vida; tal vez le hablé al chavo que le gusta, pero ella no tenía porque destrozar mi proyecto.

Lo bueno es que Radu, no parece estar interesado en ella. No debería alegrarme de eso y menos sabiendo que ni siquiera estoy segura de que sea bueno el que me guste también a mi, porque lo más probable es que pase una de dos cosas:

No me pela

Me pela

Pero la neta yo preferiría que en su vida me volteara a ver con esos ojos, mi mamá dice que no es seguro que el tratamiento funcione del todo bien.

Así que en resumen yo espero mi propia muerte todos los días, eso o una mala noticia.

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Desearía que ella me hubiera dicho eso a la cara; no a tener que esperar por una maldita noticia; unas palabras que dolieron, y mucho.

Ahora aquí me tienes, sentado en mi cuarto sin poder contener una que otra lágrima rebelde que se desliza por mi cachete.