cuando te conoci (Roier)

Señora Martinez.

El día soleado, hermosos colores celestes y mi corazon en la garganta. Hoy era el día ¡Hoy era mi boda! Oficialmente sería Clark de martinez. Y no había nada que me hiciera más feliz que no solo estarían nuestros apellidos juntos, también nuestro corazón y nosotros nos volveríamos uno solo.

Explicar estos nervios era imposible. El saber que nuestras vidas estarían unidas para siempre era... No lo sé. Solo se que eso era lo que quería. Lo necesitaba.

Para mí, unir nuestras vidas no era solo eso. Era más allá. Algo inexplicable. El saber que el fue mi primer beso, mi primer novio, y ahora el último. Ahora roier tiene parte de mi vida en sus manos.

-¡Te ves hermosa!-Dijo karla, mientras sacaba algunas lágrimas de sus ojos.

La abrace fuertemente, pues desde que conocí a roier, ella se convirtió en parte de mi familia. Porque sabíamos que estábamos destinados a estar juntos.

Nuestro abrazo fue interrumpido por unos leves golpes en la puerta.

Emanuel, el padre de roier dejo ver su rostro a través de la puerta. Para exponer todo su cuerpo ante nosotras.

-Hola cariño-Dejo un beso en los labios de Karla,su hermosa esposa-¡Clark que hermosa estás!-Planto un beso en mi frente-Ya es hora,¿Preparada?

Asentí con una sonrisa-Preparada.

Emanuel y yo entrelazamos nuestros brazos para caminar hacia el patio trasero de la casa.

Mi corazón bombeaba con demasiada fuerza, sentía mis músculos tensarse uno por uno, mis manos sudaban, mis piernas temblaban y mi mente era una explosión de pensamientos.

Caminamos con aparente tranquilidad aunque yo por dentro estaba sin poder dar un paso y escuché la famosa marcha nupcial.

¡Por dios me voy a casar! ¡Con roier! ¡El amor de mi vida!

Y todas aquellas inseguridades desaparecieron cuando vi a aquel chico de ojos color café, con esa sonrisa encantadora, su cabello bailando al son de la suave brisa y un traje que le quedaba demasiado bien. Y me arrepentí de haber tenido dudas. El, era el hombre. Era mi hombre.

Emanuel me dejó a un lado de mi futuro esposo y planto un beso en mi mejilla para luego envolver a su hijo en un cálido abrazo.

Sentí la mirada de reojo de roier y vi sus labios moverse sin ejecutar ningún sonido "Te amo" fue lo que entendí. Tomo mi mano y miramos a al jefe civil que llevaría a acabo la ceremonia. Las personas sonreían,escuchaba uno que otro sonido de capturas que provenían de teléfonos celulares o camaras y veía algunos flashes. Pero todo lo que quería inmortalizar era la sonrisa de roier.

-Por favor tomemos asiento-el jefe civil. Todos obedecieron y el lugar se quedó en silencio completamente. Roier me miraba anonadado y acunaba mis manos junto con las suyas.-Estamos aquí reunidos para llevar acabo la boda civil dela señorita. Abigail clark y roier Martínez.

Los testigos firmaron,los votos de amor fueron llevados a cabo hasta que aquellas palabras resonaron en mi mente e hicieron eco en mi corazón.

-Por el poder que me confiere la ley, los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia-Roier tomo mis manos y sonrió mostrando cada una de sus perfectas perlas. Coloco ambas manos en mi cara, acunando la y me dió un corto beso. El beso que sellaba nuestro para siempre, aún después de la muerte.

-¡Eres la novia más hermosa!-susurro en mi oído.

¿A caso el no se había visto? ¡Era jodidamente perfecto!

-Tu no estás tan mal hoy.-levanto una de sus cejas de manera divertida. Causando la risa de ambos.

-¿Puedo decirte algo?

-Claro que si señor Martínez.-Bese sus labios.

-Te amo,señora Martinez.

-Yo te amo aún más.

Y así nuestras vidas fueron enlazadas para siempre. Viviendo en la eternidad de nuestro amor, y es que cuando te conocí te convertiste en mi religión.