PRÓLOGO.

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Al entrar a casa escuché gemidos escandalosos provenientes de la habitación de mi madre, así que caminé hacia su puerta.
Me gustaba interrumpirla en sus actos degenerados.
Y no, no llamo "Degenerado" el complacerse a través de sexo, llamo "Actos degenerados" a sus terribles poses en la cama.
Pobres hombres, ¿Qué harán para quitarse las ganas de vomitar?

Todo me recuerda a ese día, cuando tenía 7 años.

Toco la puerta pero mamá no abre.
Tengo miedo y frío.
Y me producen asco e incomodidad aquellos ruidos que se escuchan desde su habitación.
Vuelvo a tocar la puerta, con la esperanza de que esta vez mamá si abriera, pero no, me abre un señor completamente desnudo.

— Niño, ¿Tú quien eres?
— Quiero a mami.
— Oh, tu mami, mira. — Me señaló dentro de la habitación, mamá estaba desnuda y encima de otro hombre, estaba gimiendo en descontrol, no reconocía a mamá.— Mami está ocupada, ¿Quieres acompañarla?

Negué rápidamente, comenzando a correr a mi habitación asustado.
¿Qué hacía mami desnuda?

No era la primera vez que escuchaba esos ruidos, desde los 5 años era común escucharla, pero solo esa noche la vi desnuda, había descubierto lo que hacía mi madre.

Iba a tocar la puerta, pero me arrepentí recordando esa noche; lloré hasta quedarme dormido porque pensaba que la estaban asesinando. Esa noche nunca debí haber tocado la puerta, mi inocencia se destruyó tan rápido como apareció.
La nostalgia me invadió, así que decidí no molestar.
Después de todo, era mi madre. Y, aunque no mereciera mis respetos, era su intimidad.

Mi Primer Crimen - MPC • (→Editando←)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora