Capítulo 1: Popular

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Nuestra historia comienza un día normal, un lunes tan normal y aburrido como cualquier otro, pero para los estudiantes de la escuela Happy Valley era el primer día de clases después de un largo receso, lo que lo hacía un lunes un poco más entretenido, solo para algunos.

A una calle de la escuela un muchacho caminaba a paso tranquilo, tenía un uniforme bien arreglado, una maleta común y zapatos aburridos, a simple vista era un estudiante más, sin embargo apenas puso un pie en la escuela se vio rodeado de gente, de todos los años y edades, le preguntaban que había hecho en sus vacaciones y que haría en receso, las chicas tomando su brazo de forma coqueta y los chicos dándole palmadas en la espalda.

Su nombre era Alex, un nombre ordinario para alguien tan popular, y vaya que lo era, parecía agradarle a cada alma de esa escuela, tal vez era por su cara linda, o su personalidad amigable, o su excesiva amabilidad, de cualquier manera, Alex siempre estaba rodeado de gente, y ese día no iba a ser diferente.

En realidad Alex disfrutaba la atención, de hecho, la anhelaba, se esforzaba más de la cuenta en agradarle a cada persona que lo rodeaba, actuando tal y como las personas esperaban que lo hiciera, había sido de esa manera desde pequeño, con sus padres, y ahora lo era en la escuela, estaba tan acostumbrado a esto que le parecía imposible ser el mismo, porque ni siquiera sabía cómo, no había acción o palabra que no fuera bien planificada, para seguir siendo la persona más querida de la escuela.

Entre la multitud y el desorden de jóvenes hablando y riendo fuerte, Alex vio pasar una figura que llamó su atención, se trataba de Noa, un muchacho de la misma edad que Alex, pero totalmente contrario a él, Noa era un chico callado y solitario, no tenía amigos y no parecía quererlos, su única compañía eran sus audífonos de diadema y su maleta llena de pines.

Era alto y poco amigable, tenía un cabello largo, ondulado y bien cuidado, o eso parecía, usaba unos cuantos piercings en la cara y muchos aretes en cada oreja, no es que su estilo fuera algo raro, pero su personalidad definitivamente lo era, ya que las personas que se acercaban a él se alejaban furiosas de que ese ratito les ignorará, "es como hablar con un árbol" decían, al final nadie lo volvió a intentar y simplemente se quedó como el raro de la escuela.

Un raro que atraía a cierta persona.

Alex se sentía profundamente atraído hacia Noa, y lo había estado desde hace poco más de dos años, claramente sin que nadie supiera, a Alex le gustaba que Noa era sincero, nunca fingía para encajar como él lo hacía, simplemente se mostraba tal cuál era, cosa que Alex nunca había podido hacer.

Al principio fue curiosidad, que con el paso del tiempo y de la pubertad escaló en otra cosa, a Alex le gustaba, pero nunca había tenido el valor de hablar con él. Por supuesto nadie de su grupo de amigos debía saber que le gustaba un chico, y mucho menos Noa, al final,para Alex fue más importante como lo veían todos a buscar algo que le interesara genuinamente.

Aún así, habían veces que no podía evitar querer estar cerca suyo, para verlo, intentar escuchar la música que le gustaba, los libros que leía, no podía evitar querer saber más de él, y acercarse discretamente con tontas excusas.

Ver a Noa entrar a la escuela le hizo caer en cuenta de algo, por lo que inventó rápidamente la excusa de que debía llamar a su madre, se alejó de la multitud y siguió a Noa adentro.

Resulta que ese día era el primero del último año para Noa y para Alex, la razón de por qué lo siguió y lo que este quería comprobar era que si ese chico raro entraba al salón 115, iban a compartir grupo por todo el año, Alex había estado anhelando compartir grupo con Noa en los años pasados, pero no había tenido suerte, aún así, no perdía la esperanza de que tal vez, en ese año que era el último podrían estar un poco más cerca.

Corrió en dirección al salón, lo encontró y decidió entrar sin ningún cuidado, si tenía suerte y Noa se encontraba adentro, simplemente lo saludaría brevemente y fingiría ignorarlo.

Para su sorpresa, Noa se encontraba en el salón, pero para su desgracia no se encontraba solo.

Al entrar vio al chico que le gustaba besando a una chica.

Noa estaba besando a una chica.

Y no era cualquier chica.

Noa abrió un poco sus ojos y conectó su mirada con la de Alex, quién de inmediato salió corriendo por el pasillo por donde llegó.

Dobló de esquina un par de veces y se detuvo, se recostó en la pared fría y se dejó caer, quedando sentado y agitado.

Su cara estaba roja y podía sentir su corazón palpitar con fuerza en su cabeza, y entonces se dió cuenta que el mayor problema no era el haber encontrado al chico que le gustaba besando a una chica, si no a qué chica estaba besando.

Sintió una presión en el pecho, sentía que su corazón era demasiado pesado, que en cualquier momento iba a salir de su cuerpo y llegaría hasta el centro de la tierra, donde el quería estar en ese momento.

Le dolía el corazón.

"Que esperaba? Claro que es hetero" razonó Alex, aún agitado.

No podía evitar la melancolía que subía por su cuerpo, aunque su cerebro le gritara que solo habían hablado un par de veces y aunque llevará años admirándolo, para Noa el no era nadie.

-Alex! Qué haces ahí tirado? El salón es por allá.- lo despertó de su trance Santi, uno de sus mejores amigos, y la última persona que quería ver en ese momento.

-Pasó algo? Estás pálido.- preguntó, y Alex no supo como explicarle que acababa de ver a su novia besando a alguien más.

La chica que estaba junto a Noa se llamaba Gabi, y Alex la conocía bien, más que todo porque era la novia de Santi desde hace un año.

Alex no sabía que hacer, no sabía que decir ni qué pensar, por lo que prefirió fingir que no había pasado nada, al menos hasta que pudiera pensar con claridad.

-No pasó nada, acabo de hablar con mi mamá, vamos?- Respondió lo más sereno que pudo mientras se ponía de pie, después de todo, llevaba fingiendo ser alguien más toda su vida, se le daba muy bien mentir.

La campana sonó y todos los adolescentes que estaban en el patio saludando a sus amigos, entraron desordenadamente a sus aulas, por fortuna o desgracia a Alex le tocó compartir grupo con Santi, en cualquier otra situación habría estado aliviado, ahora estaba pensando en si lo mejor era fingir un resfriado y salir corriendo de ahí.

Entraron y Alex se sentó en el mismo puesto que siempre, en la mitad exacta del salón, rodeado por todos, ni muy adelante ni muy atrás.

Mientras todos se acomodaban y seguían hablando desordenadamente vio a Santi caminar hacia su novia para saludarla, Gabi actuó como si nada y lo saludó con un beso, y hablaron tomados de las manos mientras Alex los miraba atentamente.

Conocía a Gabi desde hace un año, cuando su amigo se la presentó, siempre le pareció una chica alegre, por lo que no entendía nada de lo que estaba haciendo ni lo que estaba pasando.

Mientras veía a la pareja fijamente sintió una mirada, por lo que volteó y se encontró con los ojos oscuros de Noa, que lo miraban muy intensamente, inmediatamente pensó en la mirada que le dió hace unos minutos, aún en medio del beso.

Sabía lo que esa mirada quería decir, sabía que los había visto, y no parecía divertido con la situación.

Alex apartó su mirada nervioso y decidió mirar su celular, fingiendo tener algo más interesante que hacer, pero se volvió a sorprender cuando una cuenta desconocida de Instagram le mandó un mensaje.

"Hablemos después de clases."

Alex suspiró, sería un largo primer día.

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⏰ Última actualización: Nov 28, 2023 ⏰

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