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¿Por qué la gente disfruta molestarlo?. Es decir, sabe que tiene una contextura débil y una personalidad poco aceptable, pero es tan difícil encajar, no es como los demás, simplemente no puede expresarse demasiado y ser super demostrativo, principalmente porque le da vergüenza. ¿Es eso malo?

—Jisungie, me voy a la casa del tío para ordenar las cosas de Nana. ¿Quieres ir conmigo? —Preguntó su mamá, acercandose a la mesa ratona donde estudiaba.

—No, va a llover.

—Claro, olvidé que no te gusta mojarte. Volveré en cuanto termine junto con el tío y traeré pizza para la cena.

—¡Si! —Festejó a su manera, levantando ambas manos arriba sin expresión alguna.

Su mamá solo soltó una risita y lo dejó solo. Inmediatamente regresó a su tarea, estuvo ocupado con eso durante unos minutos, hasta que la tormenta comenzó a caer. La lluvia golpeaba tan fuerte el techo que no lo dejaba concentrarse, peor aún cuando la luz se cortó y quedó en plena oscuridad.

Le da un poco de miedo la oscuridad, lamentablemente su celular se quedó con cero de batería por estar jugando juegos y ahora le queda andar como vampiro. Caminó a la ventana para abrirla, buscando que entre la luz de emergencia del pasillo. Corrió las cortinas y se llevó un gran susto.

—Hola. —La cara de Minho apareció de golpe. —¿Me dejas entrar?

En cuanto recuperó el aire, se puso de pie y abrió la puerta, dejando que entre a la casa. No sabía porque estaba ahí, pero como esta lloviendo, teme que sea algo grave.

—¿Qué pasó? —Cuestionó con un tono temeroso.

—Nada, quería ver si estabas y aquí estás. Es aburrido estar en casa sin luz. ¿Estás solo?

Claro que Minho sabía que estaba solo, vio a la mamá salir del depto hace media hora atrás.

—Sí, estoy solo.

—Genial, veamos videos en mi celular.

Totalmente fuera de sí, Jisung lo siguió al sillón y se sentó a su lado, mirándolo como un extraterrestre. Se sentía nervioso a morir, de repente todas las ideas de qué hacer o como actuar desaparecieron de su mente y estaba en blanco.

—¿Quieres que me vaya? —Minho lo notó rígido y sonrió burlón. —Parece que te incomoda mi presencia.

—No...está bien. —Negó con pena, sonrojandose en la oscuridad.

—Ah...eres tan lindo. —El castaño dejó el celular a un lado del sillón y se acercó más, acariciando la mejilla del menor. —¿Por qué siempre estás callado?

Por mero instinto, Jisung retrocedió extrañado. No estaba nada acostumbrado a que lo toquen de sorpresa, era raro que su compañero venga a verlo así y se comporte de esta forma, casi por naturaleza creyó que estaba jugando con él y quería burlarse.

—Por favor, vete. —Pidió de repente, alejandolo con una mano.

Minho sonrió y tomó su manito, dándole un beso en el dorso antes de pararse.

—Nos vemos en el colegio, Jisung. —Avisó, yéndose poco después.

El menor se encogió como un bichito bolita y escondió la cara entre sus piernas, tratando de mantener el ritmo de su corazón. Estaba avergonzado, pero más emocionado que otra cosa.

Minsung || Un Chico ExtrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora