Capitulo 11. Lazos Rotos.

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Así acababa febrero en la Academia Prestigio. Era curioso que no se celebrase San Valentín, considerando la cantidad de chicos guapos que había en la academia. Pero quizás sí se festejó a su manera, ya que tanto Mike como Bradley tenían chocolates por montones. Estos pequeños gestos le servían bastante bien a Katra, quien, en ese breve tiempo, se encontraba en verdad feliz, disfrutando de una rutina aparentemente normal junto a Mike y Bradley. Habían formado un vínculo cercano, y Katra se sentía cada vez más cómoda con ellos, aunque seguía ocultando su verdadera identidad. A menudo se preguntaba si se enojarían mucho con ella si revelara la verdad.

Mientras desayunaban ese día, se hizo mención del festival deportivo que se aproximaba. Mike alentaba a Robin a participar.

—Vamos, sería genial verte competir—, dijo con entusiasmo. Katra, sin embargo, consideraba que era una pésima idea. Participar en el festival podría llamar demasiada atención, algo que debía evitar a toda costa. Bradley, por su parte, sugirió que Robin debería considerarlo, eligiendo deportes que le llamaran la atención.

Luego fueron al salón, donde se anunció la llegada de un nuevo alumno, Henry Graff. Con una sonrisa amable y un aire de confianza, Henry saludó a la clase. A Katra le resultó vagamente conocido, pero no lograba recordar de dónde.

Las clases transcurrieron con normalidad hasta el descanso. Katra, con antojo de los nachos especiales de la escuela, convenció a Mike y Bradley para comerlos juntos, ya que solo estaban disponibles por esa ocasión. Sin embargo, al llegar al comedor, descubrieron que los nachos se habían acabado. Katra realizó una pequeña dramatización de decepción, lo que provocó risas entre sus amigos.

Fue entonces cuando Henry, el chico nuevo, se acercó a ellos.

—No se preocupen —dijo con una sonrisa—. Compré una bandeja grande y sé que no me la voy a acabar. ¿Les gustaría compartir?

Katra, Mike y Bradley aceptaron la invitación de Henry, agradecidos por el gesto. Mientras comían, comenzaron a charlar con él, descubriendo que Henry era agradable y fácil de tratar. Pero Katra no podía evitar sentir que había algo en Henry que no terminaba de encajar, una sensación de familiaridad que no lograba ubicar.

Katra, se sentía cada vez más inquieta por la atención que Henry le prestaba. La noticia de que Henry había ingresado a la academia principalmente para unirse al club de tenis no le ayudaba a recordar de dónde lo conocía. Estaba casi segura de que no debía darle importancia, pero algo en su interior le decía que debía estar alerta.

Una noche, mientras discutían sobre los deportes en los que cada uno participaría en el festival, Henry, que había estado intentando acercarse a Bradley y Mike, se volvió hacia Robin con una pregunta intrigante.

—¿No practicas ningún deporte como tu hermana? —preguntó, observándola detenidamente.

Robin negó con la cabeza, pero Mike intervino:

—¡Eres grandioso en el fútbol! —Bradley añadió—Y también muy rápido. Vamos, Robin, deberías probar en el béisbol también —Otro chico se sumó a la conversación, animándola a participar.

Henry, sin embargo, sugirió el tenis.

—¿Por qué no intentas el tenis? —propuso. Luego, con una sonrisa que Katra encontró desconcertante, agregó—: Recuerdo cuando conocí a tu hermana el año pasado.

A Katra, todavía en su papel de Robin, le sorprendió el comentario.

—¿A mi... hermana?—, preguntó, genuinamente confundida, pues no recordaba haberse encontrado con Henry en el pasado.

—Sí —continuó Henry—. Me dijo que era mi mayor fan —La expresión de Katra se transformó en una de horror al escuchar eso, ya que sabía que nunca diría algo así a nadie.

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