Capítulo 9

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Ya era de noche. Jennie se encontraba en el tocador terminando de secar su rostro mientras se mira en el espejo, donde se refleja la llegada de su hermana.

-¿Has considerado una nueva imagen?.— Preguntó Jisoo una vez a su lado.— Hablo en serio, tienes un enorme potencial debajo de toda esa hostilidad.— Afirmó mientras tocaba el cabello de su hermana mayor, quien le dio un manotazo para que no tocara su cabello.—

-No soy hostil.— Contraatacó Jennie mientras secaba sus manos con su toalla .— Estoy molesta.—

-¿Por qué no tratas de ser amable?— Comentó Jisoo mientras se acercaba a su propio tocador que se encontraba en la misma habitación.—La gente no sabría qué pensar.—

-No me importa lo que piensen.—

-Si, te importa.—

-No, no me importa.— Jennie suspiró y se quedó observando por el espejos cómo su hermana se arreglaba el cabello.— No siempre tienes que ser lo que quieren que seas.—

Jisoo dejó de acomodar su cabello y miró a su hermana con una sonrisa fingida.

-Me gusta que me idolatren, gracias.—

-Bueno .— Jennie frunció un poco las cejas soltando un bufido, prestando atención a las perlas que traía su hermana. Aunque no lo crean, Jennie conocía cada accesorios que su pequeña hermana tenía, pero nunca había visto aquellas perlas brillantes.—

-¿Dónde conseguiste las perlas?.—

-Eran de mamá...— Respondió Jisoo.—

-Ah.— Jennie seguía con el ceño fruncido, esta situación era molesta.— ¿Y las has escondido durante tres años?.—

-No. Papá las encontró en un cajón la semana pasada.— Jisoo volteó a mirar a su hermana con una cara de obviedad, le fastidiaba la reacción de Jennie.—

-¿Así que ahora comenzarás a usarlas?.— Dijo incrédula, alzó la voz sin darse cuenta.—

-¡No regresará a reclamarlas!— Jennie miró algo sorprendida a Jisoo sin saber qué decir, con temas como estos la personalidad que pocos conocían de la menor salía a la luz, la frialdad que mostraba era sorprendente...—Además, se ven bien en mí.—

-Créeme. No es así - Dijo Jennie y salió del baño con dirección a su habitación, no le apetecía iniciar una pelea que podía durar toda la noche.—

[...]

Al siguiente día, Jennie se levantó tarde ya que era sábado. Fue directo a la ducha y al salir desayunó con su familia, luego agarró las llaves de su auto y se dirigió a una tienda de discos, había conseguido el nuevo disco de una de sus bandas favoritas. Había estado ahorrando por semanas y al fin tenía el preciado disco en sus manos, sería un día excelente. Pero al salir de la tienda se encontró a una pelinegra apoyada en su auto, puso los ojos en blanco al verla.

—Lindas ruedas. Una defensa clásica.— Dijo Lisa.—

-¿Estás siguiéndome?.— Jennie no podía estar más disgustada, al parecer Lisa no comprendía su rechazo, aunque también le desagradaba verla recargada en su auto.—

Lisa fingió sentirse ofendida.

-¡Estaba en la lavandería!— Señaló el lugar que estaba al cruzar la calle.— Vi tu auto y vine a saludarte.— Jennie rodó lo ojos.—

-Hola.— Dijo Jennie de manera desinteresada y se acercó a la puerta de su auto, pero Lisa se deslizo parándose frente a la puerta, impidiendo que la abriera mientras le otorgaba una mirada algo coqueta.—

10 cosas que odio de ti - Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora