A Jimin no le gustaba para nada la idea de tomar siestas, pero dormir treinta minutos diarios ya le estaba trayendo consecuencias...
Bueno... una siesta no le hace daño a nadie ¿verdad?
"No more naps" - One shot
˖ 𖦹 Little space
˖ 𖦹 No sexual
...
Esa cosa tan molesta que sólo sirve para quitarle el tiempo que pudo haber usado para terminar una de sus canciones, practicar una coreografía o simplemente ver alguna película.
Odiaba tomar siestas. Es decir, él ya es un adulto, puede decidir cuándo dormir y cuando no.
Y es que hasta cuando es pequeño odiaba dormir, prefería mil veces jugar con sus juguetes o ver alguna serie animada que dormir, era aburrido.
¡¿Por qué no lo dejaban seguir viendo bluey y ya?!
Bueno... A fin de cuentas no tenía muchas opciones, sus amigos siempre estaban al pendiente de sus horas de sueño en la tarde, siempre lo mandaban a dormir a las cuatro en punto, todos los días sin excepción.
Sus palabras favoritas eran "Cuatro en punto, Jimin, a dormir"
Juraba que cada vez que escuchaba eso, tenía el impulso de golpear a cualquiera que lo haya dicho.
Odiaba el día en el que les contó a sus amigos sobre su falta de sueño, desearía volver en el tiempo para evitar decir eso y seguir con su vida normal.
Para él, la noche era el momento perfecto para adelantar trabajos pendientes, practicar un poco, o escribir algunas ideas para posibles canciones. Para él era relajante el silencio de la madrugada, y eso era todo lo que necesitaba.
Hasta que toda esa falta de sueño le estaba empezando a afectar.
Él les Juraba a sus amigos que no pasaba nada, pero su poca energía y su poco rendimiento físico no convencía a nadie.
Después de algunas citas con el médico, todos estuvieron de acuerdo en que ellos no podían tener control sobre los horarios de Jimin en la noche (lo intentaron una vez pero no funcionó mucho) así que se les ocurrió algo.
Las siestas.
Era perfecto, si Jimin dormía en la tarde, ellos podrían estar seguros de que su amigo en realidad esté durmiendo, ya que en anteriores veces sólo se hacía el dormido mientras estaba con ellos y luego seguía con sus desvelos.
Además, unas cuantas siestas no le vienen mal a nadie ¿cierto?
Bueno, Jimin las odiaba.
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Era lunes. El peor día de la semana a su parecer.
El día estaba soleado sin llegar a ser demasiado caluroso, una pequeña brisa mantenía el clima tan impecable que cualquiera pensaría que era el clima perfecto.
Claro, Jimin no era la excepción.
De no ser que empezó ese día tan lindo con el pie izquierdo bien posicionado.
La mañana había sido un completo caos. Quitando el hecho de que despertó con una hermosa pesadilla (la cual ya no recordaba pero el sentimiento de miedo seguía ahí) se había levantado de mal humor. Su desayuno consistió en un pan casi caducado que encontró por ahí (porque había olvidado hacer las compras el fin de semana) y un poco de café con leche que con mucho esfuerzo y algunos minutos rebuscando en su alacena logró hacer.
