Pedri:
—¿Puedo preguntar por qué?
Morgan miró alrededor, como si estuviera preocupada por algo.
—No es que no quiera seguir siendo tu amiga, es solo que no puedo seguir apareciendo en revistas y tampoco quiero que la gente hable o sepa de mi vida—dijo y su respuesta hizo que me tranquilizara.
—Lo siento, no sabía que iban a tomar fotos en el palco—respondí, porque era verdad. No imaginé que la prensa fuera capaz de asociar a Morgan conmigo solo porque se había parado al lado de mi hermano—. Podríamos tener más cuidado para que no nos vean juntos, si eso es lo que quieres.
Morgan pareció pensárselo, porque no me respondió durante unos minutos que me parecieron una eternidad.
—De acuerdo—dijo y me regaló una pequeña sonrisa—. No te lo tomes a mal, es solo que no puedo permitir que mi abuela se entere de esto.
Asentí y cuando bajé mi vista me di cuenta de que estaba descalza. La recorrí con la mirada y al llegar a sus manos, noté que sostenía su par de zapatillas.
—¿Por qué tus zapatos no están en donde deberían estar?—pregunté.
Entonces Mor bajó la vista a sus pies y aunque era de noche, pude ver por las luces de la calle que sus mejillas se estaban sonrojando.
—Ah, es que hoy trabajé más de lo normal y bueno, mis pies ya no podían aguantar nada—explicó.
—Vamos, te llevo a casa—dije y ambos nos dirigimos hacia mi auto.
—¿Por qué viniste?—me preguntó cuando se subió al asiento del copiloto—. No me mal entiendas, en estos momentos te adoro—una sonrisa apareció en mi rostro—, pero son casi las cinco de la madrugada, deberías estar durmiendo, ¿no tienes entrenamiento mañana?
—Sí, pero es en la noche—respondí y arranqué—. Vine porque... Bueno, en realidad estaba preocupado—dije, porque lo había estado pensando durante toda la tarde, podría ser peligroso que saliera tan tarde y tuviera que tomar el bus, nunca se sabía que clase de depravado podía subir y me sentía mejor por haber venido esta noche, no había buses a esta hora.
—¿Por qué?
—Bueno, Mor, no pienses que te estoy subestimando, sé que puedes lidiar con todo tipo de situaciones—oí su risa—, pero pensé que... ¿Por qué no ahorrártelas y llevarte a casa? No es un problema para mí.
—Cuidado, Potter—me advirtió—. Cualquiera pensaría que estás tratando de conquistarme.
Esta vez fue mi turno para reír, aunque la pesadez volvió a mi estómago.
—Ahora somos amigos, Mor—respondí despacio, la garganta se me había secado y cuando me detuve en un semáforo la miré, ella estaba asintiendo, eso quería decir que estaba de acuerdo—. Y yo me preocupo por mis amigos...
—Lo sé—respondió, bajito—. Ahora sé lo que se siente y me imagino que no tengo que decirlo, pero lo haré de todas formas, por si todavía no lo entiendes—agregó, con un tono divertido—. Cuentas conmigo, Potter.
—Es bueno que lo hayas aclarado—respondí.
—Siempre que lo necesites—dijo y vi su sonrisa, pero también vi sus ojos. Se notaba que Mor estaba cansada.
—Paso por ti mañana—dije cuando estuvo a punto de bajarse del auto.
—No es necesario, Potter, en serio—habló antes de cerrar la puerta—. Prometo tener cuidado y todas esas cosas relacionadas con la seguridad—agregó rápidamente, quitándoles importancia—. Deberías descansar bien o tu entrenador y también mi abuela van a matarte si tu rendimiento en el club no es bueno—bromeó.
ESTÁS LEYENDO
IT'S JUST A MISTAKE
FanfictionElla no lo ha tenido fácil, desde que era una niña ha tenido que aprender a ganarse la vida. Su abuela siempre le ha advertido que no se deje llevar y que se guie por el camino firme, el claro, el bueno... Pero a veces la vida nos muestra caminos bo...