❝Todos los problemas de Lee HeeJin, o como ella se hace llamar; Jeon HeeJin, están comenzando a salir a la luz y por suerte o por desgracia no cuenta con el apoyo de su familia y sus hermanos, los cuales creen que la causa de su actitud de "chica pr...
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EunChae me miró de arriba a abajo, los ojos abiertos como platos. —Pero... ¡¿Qué mierda te ha pasado?!
—Nada... —respondí, tratando de restarle importancia y mirando a otro lado. Pero el peso de su mirada era imposible de ignorar.
EunChae suspiró, cruzándose de brazos. —Se te da fatal mentirme. Lo sabes, ¿no?
Me encogí de hombros con una sonrisa forzada. —Por algo eres mi mejor amiga, ¿no? —Intenté desviar el tema, aunque sabía que no iba a funcionar.
—HeeJin —insistió ella, esta vez con un tono más suave, preocupada.
Suspiré, sintiéndome derrotada. —Pasaron cosas y... Puede que terminara llamando "zorra de mierda"... a mi madre.
EunChae levantó una ceja, escéptica. —¿Puede?
Le devolví la mirada antes de suspirar con más fuerza. —Está bien, lo hice. Lo dije. Y a gritos.
Una sonrisa sarcástica apareció en su rostro, pero sus ojos seguían llenos de preocupación. —Espero que al menos tuvieras buenos argumentos para llamarla de esa manera, ¿o me equivoco?
—Dijo que ustedes eran una mala influencia para mí... —murmuré, bajando la mirada. La voz me temblaba. —Si ella supiera la verdad, no pensaría eso de vosotros.
EunChae suspiró, extendiendo sus brazos hacia mí. —Ven aquí, pequeña idiota. —Sin dudar, me lancé a sus brazos y sentí cómo me envolvía en su abrazo cálido. El dulce aroma de su perfume llenó mis sentidos, calmándome un poco. —Luego me lo cuentas todo con pelos y señales. Ahora, tenemos que ir a encontrarnos con los demás.
Asentí con la cabeza, y mientras caminábamos enganchadas del brazo, EunChae me daba palmaditas en el hombro, como si quisiera consolarme de alguna manera. Finalmente, llegamos al aula donde todos esperaban. EunChae tocó la puerta siguiendo el código que teníamos: dos toques, una pausa, otros dos toques, otra pausa y finalmente tres toques. HanBin abrió la puerta y nos dio una sonrisa ladeada.
—¿Qué tal las clases? —preguntó HanBin, con ese tono de quien ya sabía la respuesta.
—Un coñazo como siempre —respondió EunChae, rodando los ojos. —El profesor Kim tiene el don de hacer que me duerma en sus clases.
—Eres una exagerada. —Me reí de su pereza mientras me sentaba junto a ella. —Bueno, ¿qué ha pasado?
El ambiente en la sala cambió, y los demás dejaron sus conversaciones para escuchar lo que HanBin tenía que decir. Era la señal de que teníamos algo serio que discutir.
JiWoong suspiró, lanzando un comentario lleno de resentimiento. —Si vuelve a ser algo sobre el grupo de Karina y sus amigas, juro que las golpearé yo mismo.
—No, no es eso —respondió HanBin, bajando la voz. Su expresión se tornó más seria. —Hay un grupo nuevo que competirá en dos semanas.
