"Flechazo. Es gracioso que la misma palabra para describir atracción también sirva para describir violencia."
Cashback(2006)Capítulo 16
El hombre paseaba sus manos de manera lujuriosa por el esbelto cuerpo de la rubia, mientras la recargaba lentamente en el árbol más cercano. A pesar de su inocencia, la muchacha se acopló al ritmo que el pelirrojo marcaba con sus labios. A sus oídos llegaron las campanadas del reloj , eso significaba que había llegado el momento de quitarse las máscaras; muy pocas personas podían estar deambulando por los jardines y sorprenderlos ante tan penosa acción.
La adrenalina de poder ser descubiertos, se disparó por el cuerpo del hombre, sin más preámbulos, levantó la falda del vestido de la rubia, encontrándose finalmente con las pequeñas bragas. Sin dejar de besarla, empezó a deslizar lentamente por sus piernas aquel pequeño trozo de tela, cuando de pronto, la muchacha dio un respingo.
-Que... ¿Qué es lo que haces?-dijo entre jadeos la rubia, con la mirada oscurecida por el deseo, enfocándola en el extraño hombre oculto por aquel antifaz.
-Tu bien sabes que és, querida-el castaño le mordisqueó el lóbulo de la oreja, provocando un jadeo por parte de la rubia. Aprovechando el momento de debilidad, deslizó las bragas hasta que cayeron al piso. Tomó los muslos de la muchacha y de un solo golpe, se adentró en ella; un lastimero grito salió desde lo más profundo de su garganta, mientras gruesas lágrimas se deslizaban por sus mejillas-cálmate, en cualquier momento se te pasará.
- ¡por favor, ¡para! ¡Duele mucho!-decía entre sollozos la rubia, mientras el hombre hacía caso omiso a sus súplicas. Una vez se corrió, el hombre se arregló meticulosamente el pantalón y el saco, mientras la rubia yacía a sus pies, llorando.
-Menos mal que no me he puesto mi traje blanco-expresó con una sonrisa el pelirrojo-anda, deja de llorar, después de todo, no fue tan malo.
-¡No me toques!-la rubia lo manoteó, en un intento de alejarlo de ella.
-Tranquila, no querrás armar un escándalo en una fiesta a la cual, no fuiste invitada... Susana Marlow-la rubia palideció en el instante en que el hombre dijo su nombre-tal vez para el resto de la gente pasó desapercibido el modo tan sutil en que arrastrabas la pierna izquierda, y dado que Grandchester no está en esta fiesta, ¿qué es lo que te trajo aquí?
-No es de tu incumbencia-dijo entre dientes Susana, limpiándose de manera furiosa las lágrimas de su rostro.
-Creo adivinar... has venido a ver qué es lo que tiene Candy, que a pesar de los años, Terry no la puede olvidar.
-¡Cierra la boca!-Susana se tapó ambos oídos, esto es una pesadilla, una horrible pesadilla, pensaba.
-Anda Susana, te llevaré a tu casa-el castaño la levantó bruscamente del piso, mientras la llevaba caminando rápidamente hasta su automóvil.
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En el trayecto hasta su casa, Susana no despegó la mirada de su regazo, mientras miles de preguntas revoloteaban en su cabeza: ¿Cómo diablos este hombre conoce a Candy y a Terry? Era la pregunta que más rondaba en ella.
-Hemos llegado, princesa-expresó con burla el hombre-antes de que te vayas, querida, quiero que te quede claro que, a partir de este momento y hasta que me aburra de ti, me perteneces.
-¡Estás loco!-dijo iracunda Susana.
-¿Acaso quieres que le diga a Terry que su "virginal" prometida, no solo acudió sola a una fiesta a la que no fue invitada, sino que, no conforme con eso, se enrolló con el primer hombre que le dijo lo bonita que era mientras bebía champagne, copa tras copa?
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Falsas impresiones
FanfictionEn un mundo en el que las apariencias son las que rigen, Candy se verá envuelta en mentiras e intrigas, para poder probar un poco de la felicidad que siempre le ha sido negada... ¿Podrá salir airosa de todo eso?