Sentado frente al escritorio en la oficina del director Lee, la pierna de Park Jimin se movía incesantemente en una clara señal de nerviosismo y ansiedad. Hacía más de veinte minutos que el delgado, rubio y joven profesor estaba esperando al hombre que tenía en sus manos la decisión sobre su futuro en aquel colegio.
¿Cómo era que había acabado en esa situación? Todavía no terminaba de entenderlo. Después de dos increíbles años de haber sido seleccionado para trabajar en una de las mejores escuelas del país, ahora de repente todos sus sueños pendían de un hilo.
El consejo escolar estaba debatiendo qué hacer con él. Y Jimin sabía que después de tanta polémica por su accionar tenía a la mayoría en contra.
Cuando finalmente vio al viejo director Lee atravesar la puerta, se puso de pie de inmediato ante su presencia.
Había tenido una mínima esperanza de que todo saldría bien pero al ver la seria cara del director esa mañana, su pequeña ilusión se desvaneció por completo. No parecía traer buenas noticias.
— Jimin, lo siento — comenzó diciendo su superior y fue todo lo que le bastó escuchar para saber que este era el fin de su trabajo.
— No, no me pueden hacer esto — se quejó de inmediato. — No me pueden echar. ¡Es todo mentira! ¡Ya lo sabe! — exclamó alterado.
— Pero lo que sucedió fue muy grave, Jimin — insistió el director Lee. Se veía apenado pero no lo suficiente como para impedir su despido.
— ¡Pero no sucedió nada! ¡Yo no hice nada malo! — continuó defendiéndose el más joven.
— Aunque ya se haya aclarado todo con el alumno, tú nunca debiste sobrepasar tus límites de profesor, Jimin — explicó el mayor. — Te metiste donde no debías, a pesar del rechazo de tu estudiante.
— Sí, pero yo no-
— Los padres de Sunwoo no te quieren cerca de él. Legalmente no puedes acercarte al chico. Así que…
Jimin agachó la cabeza. Contra eso no podía hacer nada. Había querido tanto poder hablar con Sunwoo, o Suno, como su alumno se hacía llamar, y arreglar las cosas entre ellos personalmente pero tenía prohibido el contacto con el menor. Sabía ahora, sin embargo, que ni siquiera eso alcanzaría para solucionar su problema. Ya era demasiado tarde.
— Además de eso — continuó hablando el director, —…el consejo, uh — dudó un momento al decir lo siguiente, — digamos que no está de acuerdo con tu estilo de vida. Tampoco los padres del resto de los estudiantes.
— ¿Estilo de vida? ¿Cuál estilo de vida? Soy un tipo normal, que se levanta a trabajar para dar lo mejor todos los días. Que se esfuerza y lucha por cumplir sus objetivos. ¿O es que no he hecho un buen trabajo enseñando durante estos dos años? — cuestionó Jimin molesto.
— No, ha sido excelente en ese sentido. Pero-
— Pero les molesta que sea homosexual — se atrevió a interrumpir a su superior. — Al menos dígamelo de forma directa ¿no?
— Jimin, lo siento. Pero todo este asunto ya trajo demasiada mala atención sobre el colegio. No podemos tolerar otra vez esta clase de escándalos, así que…hemos tomado la decisión de dejarte ir — finalizó el director Lee.
Jimin estaba furioso. Era todo tan injusto. Él no se merecía esto. Quería gritar y desquitarse con aquel hombre pero sabía que hacer otro escándalo no terminaría en nada bueno. Las últimas semanas ya habían sido demasiado caóticas.
— Por favor, acepta la indemnización del colegio a cambio de que no quede ningún registro de este inconveniente en tu legajo, y terminemos esto en paz — propuso el mayor. — Es bastante dinero, te ayudará hasta que consigas otro empleo. Es tu mejor opción.
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La teoría del amor - Kookmin
FanfictionPark Jimin es un joven profesor de secundaria que después de enseñar en las más prestigiosas y costosas escuelas en Seúl, se ve obligado a mudarse a Busan y a trabajar en una humilde secundaria en las afueras de la ciudad. Allí no solo los estudiant...