I. Tragedia

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En las orillas de Konoha, una de las cinco grandes villas Shinobi, se encontraba una cabaña simple y bastante oculta entre los árboles. Dentro de ella se escuchaban los quejidos de sufrimiento y las amenazas de muerte de dos personas distintas.

“Kushi-chan, ¡me estás rompiendo la mano!, para, afloja un poco por favor”

“¡Yo soy la que está sacando a un niño!” replicó Kushina con ferocidad. “Mejor no me vuelvas a dejar embarazada o te corto lo que tienes entre las piernas”

Minato Namikaze y Kushina Uzumaki, el Hokage y su esposa. Kushina se encontraba acostada en una cama sosteniendo la mano de Minato con fuerza mientras hacia fuerza para intentar sacar al bebé mientras Minato soportaba el agarre infundido en chakra de su adolorida esposa.

Después de varios minutos de gritos, amenazas, súplicas y una partera que trataba de hacer su trabajo lo mejor posible, se escuchó un llanto en el lugar, el pequeño bebé finalmente había nacido. Luego de limpiar su rostro y mirarlo un momento la mujer lo entregó a su madre con una cálida sonrisa y dijo.

“Felicidades, Hokage-sama, es un varón" 

Kushina sosteniendo al pequeño niño acarició sus mejillas y sonrió con todo el amor que una madre puede tener por sus hijos mientras sus ojos empezaban a llorar suavemente por la felicidad que sentía. Minato mientras tanto limpió las lágrimas de Kushina y miró a su primogenito diciendo con una voz amable.

“¿Le daremos el nombre que acordamos?” preguntó a su esposa la cual asintió con su cabeza, haciendo sonreír a Minato todavía más. “Nuestro pequeño Naruto, bienvenido al mundo”

Sin embargo antes que pudieran reaccionar los padres, el cuerpo sin vida de la partera cayó al suelo y Naruto desapareció de los brazos de Kushina, solo para que un hombre con una máscara amarilla con líneas negras lo estuviera sosteniendo a unos metros de ambos, sosteniendo un kunai en su otra mano apuntando al bebé.

“Lamento interrumpir un momento tan feliz, pero le tengo que pedir, Hokage-sama, alejese de la jinchuriki” dijo en un tono amenazante pero cordial el sujeto “O puede despedirse de su tan querido Naruto” 

Minato vió rapidamente a Kushina que lo miro por el rabillo del ojo y asintió, haciendo a Minato levantar las manos y alejarse lentamente de su esposa, siguiendo las instrucciones del hombre.

“Eso es, aquí tiene” dijo el hombre mientras lanzaba a Naruto al aire.

Inmediatamente Minato saltó y atrapó a Naruto, notando los varios papeles bomba puestos en la manta que lo cubría y que estaba a punto de explotar.

‘¡Mierda!’ pensó mientras lanzaba la cobija detrás de él y utilizaba una de las paredes para impulsarse fuera de la cabaña.

“Mierda, mierda, mierda”

Dijo mientras utilizaba el hiraishin para regresar a su hogar y dejar a Naruto en su cuna. 

“Quedate aquí, volveré con tu madre antes de que te des cuenta” le susurró Minato a Naruto besando su frente y desapareciendo del lugar.

Mientras tanto en otro lugar de Konoha el hombre enmascarado miraba a Kushina que estaba débil en el suelo.

“Lo lamento, pero está aldea debe pagar por lo que me ha quitado”

Le dijo el hombre a la pelirroja dejándola confundida antes de que un inmenso dolor abarcara toda su mente. El hombre tenía una mano en su estómago descubierto, justo en donde estaba el sello del zorro de nueve colas y el chakra rojo burbujeante estaba saliendo rápidamente de ella y formando a la bestia.

Hijo del remolino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora