Una postal desde mi tierra

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Escribo, atardeciendo en la Alcazaba,
entre murciélagos bailándole al crepúsculo.
Invoco a Zamrak, pero tiene sus prejuicios
y yo, un Djinn preso de vicios
no hago rezo a aristocracia.

En las frías ascuas del cielo pinto versos
como un escriba que es vanguardia de la historia;
pues en los tientos le hago culto a mi memoria,
no a esas flamas de unos y otros
manchando mi tierra en prosa.


No sirvo ni al Califa ni a Castilla.
Soy un cantero sin mandil, fuera de logia;
un ceramista que hace huellas en el suelo
donde pinto, paso a paso,
la batalla hasta mi entierro.

Daré mi vida por amor a lo que quiero,
porque ésta es mi cuna y será mi cementerio.
En mi bandera no hay palabras de Mahoma
ni peineta de corona:
ondea Granada como un lienzo.


Expresión de una psicopatología mediante versos neuróticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora