"No existe nada más interesante que la conversación de dos amantes que permanecen callados"
Achile Tournier
capítulo 17
En una habitación alumbrada sólo por la luz de luna y ambientada por el calor de la chimenea encendida, Candy y Terry se besaban con amor y pasión. Sus corazones gritaban mudos el amor tan grande que se tenían, y sus cuerpos pedían a gritos saciar ese fuego que poco a poco se iba manifestando en su interior. La piel de ambos reclamaba ser acariciada, besada y mimada.
Candy sentía su mente obnibulada; poco a poco su cordura fue desvaneciéndose en alas de una sensación muy intensa que iba creciendo en su interior. La joven abrió los ojos y contempló el semblante de su amado... con dedos temblorosos fue acariciando las cejas, su mejilla; delineando con lentitud y suavidad sus finos pero bien dibujados labios.
Unos labios los cuales no podía ni quería dejar de besar. Poco a poco fue dejando con los suyos un húmedo rastro en su fuerte pero bien formada mandíbula, hasta bajar con lentitud por su firme y largo cuello. La vena en éste palpitaba con fuerza, la sangre bullía con intensidad en ese punto tan vulnerable. Terry tenía los ojos cerrados y respiraba entrecortado.
El olor a maderas orientales y a sándalo de la colonia de Terry la embriagaron, obligándola a continuar depositando dulces y tímidos besos por todo el cuello hasta alcanzar la base de éste.
Jamás en su vida había tenido esta sensación: amaba a Terry con locura pero también lo deseaba hasta el delirio... estaba también asustada. Ella no había estado aún con ningún hombre.
Desde aquella dolorosa y gélida separación en Nueva York, Candy no se había sentido atraída por ningún hombre, y pretendientes no le faltaron. Simplemente había cerrado su corazón, obligándose a no sentir, a no vibrar, a no desear a ningún otro hombre; sencillamente porque el único por el que podía sentir todo esto lo tenía ahora justo delante de ella.
Candy se abrazó aún más al cuerpo de Terry, notando su calor y su corazón palpitar con fuerza. Necesitaba impregnarse de su aroma, de su virilidad. Había reprimido durante demasiado tiempo ese deseo que la consumía por dentro y que ahora encontraba por fin una salida. Sus manos acariciaron lentamente por encima de la camisa el fuerte y esbelto torso de Terry, pero necesitaba más, mucho más.
Poco a poco fue abriendo los botones de ésta para dejar al descubierto un poco del pecho de él. Lo descubrió firme y bien delineado, con un poco de vello cubriéndolo. No en vano Terry hacía ejercicio con regularidad y se cuidaba, gustando de montar a caballo y tomar baños de sol a menudo. Con los ojos cerrados, fue delineando con sus delicadas manos el pectoral de Terry, describiendo pequeños círculos con sus dedos.
Sus manos exploraban cada línea, cada músculo bien formado, hasta llegar al abdomen. La joven no pudo evitar dejar dulces besos a lo largo de todo su torso, arrancando a Terry un gutural gemido de placer.
De pronto, una oleada de placer, como una especie de fuego interior, se adueñó de la flor del secreto de Candy. Ésta sentía su sexo palpitar al tener el cuerpo de Terry tan pegado al suyo. Era la primera vez que la recorría tal sensación, aumentando la necesidad de sentir y tocar el cuerpo de él.
Con manos expertas, Terry recorrió delicadamente la figura bien formada de Candy; no en vano se había convertido en una hermosa mujer con el paso de los años. Acariciar la piel de sus desnudos brazos, adivinar sus delineadas curvas ocultas bajo su vestido, impregnarse con el olor a rosas silvestres de su rizado y dorado cabello...Terry estaba extasiado: besaba y se dejaba besar, ser acariciado por las manos inexpertas de ella era algo delicioso; ahora era más consciente que nunca de que las mujeres que antes pasaron por su cama no significaron nada; una pérdida emocional de tiempo, sólo una necesidad física y ordinaria de aliviar sus instintos masculinos.
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Falsas impresiones
Fiksi PenggemarEn un mundo en el que las apariencias son las que rigen, Candy se verá envuelta en mentiras e intrigas, para poder probar un poco de la felicidad que siempre le ha sido negada... ¿Podrá salir airosa de todo eso?