Una guía necesariamente corta de Lee MinHo, por Han JiSung. :OS:

.˚#5 : Dolor + ira = Silencio.୭ ⋆*｡

MinHo es de las personas que no dice groserías, solo deja que pase su dolor * con silencio. Si notas que se ha golpeado en algún lugar, verás que no dice nada; no escucharas lamento alguno salir de su boca, solo se paciente. No te olvides de preguntar si esta todo bien después de unos considerables segundos; si es necesario, acércate a él despacio y revisa la zona afectada, en caso de que el dolor sea físico.

Nota: te recomiendo traer siempre contigo banditas y pastillas genéricas para el dolor. *Si el dolor es mental, por favor, ponte en contacto lo más rápido posible conmigo.

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Habían llegado a tiempo aquella noche, según MinHo, pero se habían desviado por unas cuantas chucherías y un café caliente, y aquella parada a esa tienda de conveniencia les hizo acreedores a un castigo impuesto por sus demás amigos tan pronto como pusieron un pie en aquel lugar; MinHo y JeongIn estaban solos alrededor del asador acomodando las piezas de carne sobre la parrilla en un cómodo silencio.

Su relación era fresca, o algo así, pues recién llevaban un mes saliendo en donde solo se veían los fines de semana para tomar café, hablar de figuras de colección, anime y ver alguna que otra película; Lee MinHo era mucho más mayor que JeongIn, pero congeniaban perfectamente, tanto que a sus demás amigos les dio un poco de miedo. Era bastante raro ver a MinHo al lado de otra persona que no fuer Han JiSung, este había mantenido una relación de cuatro estables años; las altas y bajas siempre estaban presentes, pero siempre sabían como solucionar todo.

Mientras los recién llegados asaban la carne, los demás se aglomeraban en la sala para encender la máquina de karaoke, JiSung los vio desde su lugar desde dentro y no lo pensó dos veces. Salió de la pequeña sala y se dirigió a donde estaban los otros, los recién llegados sentados en unas cómodas sillas; JiSung tomó la otra sentándose al lado de JeongIn.

—Estos días veo muchos más mosquitos.—llegó el castaño, diciendo tan pronto se sentó, llamando la atención de los otros dos.

—Por eso compré esa cosa eléctrica. —comento JeongIn sin dejar de hacer su tarea.

—Ah, ¿la eléctrica? —indago JiSung moviendo su mano.

—Sí, había una oferta en ese centro comercial y...

Tan pronto como comenzaron aquella conversación, la atención los dos se dirigió a MinHo, el mayor se había golpeado el codo en el apoyabrazos de metal de la silla. JiSung y JeongIn lo único que hicieron fue quedarse callados unos cuantos segundos; Han soltó una corta risilla y se recargó en su lugar, había prometido ayudar a JeongIn con una guía sobre MinHo, claro, sin que el mayor se diera cuenta. O algo así.

—Ok, cuando le duele algo, siempre guarda silencio, —le dijo JiSung mientras JeongIn a su lado volteo a verlo con una mueca sorprendida.

—Yo... —JeongIn no sabía si se refería a que él debería de guardar silencio o el que guardaba el silencio era el mayor, por otro lado, MinHo seguía retorciéndose del dolor.

Fueron pocos segundos en donde uno tomaba su codo, claro, sin dejar ir las pinzas con las que manejaba la carne, mientras que los otros dos solo observaban en silencio; si a JeongIn no le fallaba la memoria, aquel punto debía de ser el quinto y debía poner atención a todo.

—No dice nada, ni un 'urgh' porque él necesita tiempo para calmar su ira. —agrego JiSung tratando de no reírse por los gestos de dolor del mayor, JeongIn a su lado ya había cambiado su semblante a uno asustado, pues la palabra 'ira' en la frase del otro lo alarmó un poco.

A MinHo le tomó apenas unos segundos superar el dolor de su codo sin quejarse. Solo apretaba sus ojos mientras se tocaba el brazo; fueron así un corto lapso y todo volvió a la normalidad, siguió asando la carne como si nada.

—Cuando le duele algo, se enfada... —Y JiSung no aguanto, soltó una corta risita para después componerse, irguiéndose perfecto, aun sentado.

—Un día, de repente, lo vi con la misma expresión, y pregunté, '¿Y por qué te duele?' Él no contestó.

JiSung solo arrugo su nariz al mismo tiempo que asentía con su cabeza unas cuantas veces y palmeaba el hombro de JeongIn un par de veces; MinHo veía como su ex le daba consuelo y tontos consejos al otro.

El incómodo momento, al menos solo para uno, pasó rápido; JeongIn siguió ayudando a MinHo cuando los tres escucharon que la puerta de la pequeña sala se abrió, el alto sonido de la canción llego a sus oídos y los pasos algo apresurados en la gravilla pertenecían a HyunJin.

—J-JeongIn, ¿tienes un momento? — HyunJin se detuvo, aunque algo alejado del asador y de JiSung; tres pares de ojos se posaron en su alta figura.

—¿Eh?

—Amh yo... —rascó su nuca un poco avergonzado, los tres lo veían casi al mismo tiempo y al pelinegro no le gustaba ser el centro de atención.— ¿Hyung?

—Amh... sí, por mí está bien. —Respondió aquella extraña pregunta encogiendo sus hombros levemente, MinHo sabía a qué se refería HyunJin.

JeongIn dirigió su mirada unos segundos a un desinteresando MinHo para después levantarse de su lugar soltando un suspiro, esquivo a JiSung que todavía estaba sentado en la silla de tela.

La noche a partir de ahí iba a ser corta, porque los cuatro estaban completamente seguros de algo: ninguno había superado a sus ex.
Y era claramente imposible si estos estaban dentro de tú mismo círculo de amigos.