𝑼𝒏 𝑷𝒂𝒔𝒐 𝒂𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 | 𝑴𝒂𝒍𝒌𝒐𝒄𝒐𝒈𝒍𝒖 𝑩𝒂𝒍𝒊 𝑩𝒆𝒚 | TERMINADA

𝕹𝖚𝖊𝖛𝖆 𝕽𝖊𝖘𝖕𝖔𝖓𝖘𝖆𝖇𝖎𝖑𝖎𝖉𝖆𝖉

— ¿Estas lista? — pregunta volteando a ver a su compañera quien se hacía sentada junto a la butaca.

— Si sultana.

Se sentía muy nerviosa como para escribir la carta con sus propias manos, ya había pasado una semana desde su partida y no quería esperar más para hablar con su valeroso guerrero así sea mediante una carta.

— Bien.. — frena sus pasos que desde hace unos minutos se hacían de un lado a otro. — No imaginas cuánto me cuesta no tenerte a mi lado, las horas lejos de ti se hacen amargas con el paso de los días, solo Alá sabe cuanto sufro cada noche cuando duermo sin tenerte conmigo.

Quería expresar cada sentimiento, pero se le hacia difícil explicarlo con simples palabras.

— Mi gran guerrero, mantente tranquilo por favor, todo aquí está en paz, no hay maldad que me rodee, se que cuidas de nuestro Sultán al igual que de mis pequeños príncipes — una sonrisa se forma en sus labios —, pero sobre todo cuida de ti, es lo que mi corazón y alma anhelan. El amor que siento por ti crece cada día más, se que volverás a mi lado, se lo ordenó cada mañana y cada noche a la bella joya que me regalaste, regresa pronto cariño.

La mujer que escribía, termina de hacerlo con una sonrisa al escuchar a su sultana tan enamora y feliz.

— Esta listo mi sultana. — termina por quemar la cera para dejar que caiga sobre la última parte del papel.

La mujer de bellos cabello se acerca junto al sello con el que había estado jugando por los nerviosismos, al llegar a su lado presiona el objeto de oro junto al espeso y caliente líquido que se comenzaba a secar dejando su firma.

— Asegúrate que llegue lo más antes posible.

— Si sultana.

El recorrido de la carta sigue un rumbo lejano y rápido, cada montaña, bache, lluvia y más cosas se formaban mediante el trayecto de la anhelada carta que no se rendiría por llegar a su dueño.

El mensajero obedece las órdenes que llegaron de su sultana, el campo de batalla se abre paso a él y las cartas de la capital, su paso apresurado por llegar al destinarío y cumplir con su orden.

Le importaba poco el dolor de pies, solo deseaba entregar aquella carta.

Él valeroso hombre se hacía al lado de su majestad escuchando cada palabra de su alteza y respondiendo a sus preguntas.

— ¿Tu que opinas Bali Bey?

— Con su permiso su majestad, creo que debería esperar, podemos emboscarlo — aclara, la idea no era ajena a su Sultán —, además sabe que pronto recibiremos noticias de triunfo de Jeireddín

— Tomaré tu pedido — el Pasha se inclina ligeramente con una sonrisa.

Ven al mensajero adentrarse junto al guardia para arrodillarse ante su Sultán que esperaba con ansias una carta de su amada, pero sobre todo de la luz de su vida.

— Su majestad vengo de la capital, la sultana Hurrem y Raziye le envían un mensaje. — su cabeza baja y sus manos se alzan mostrando las dos cartas.

Aquellas palabras remueven al hombre a su lado, más cuando escucho el nombre de su amada.

Con una seña permite que el hombre se acerque entregando las mencionadas cartas la cual recibe con una sonrisa, al ver al hombre alejarse para quedar en su posición inicial nota la estuche de una carta más en su cadera.

Sus cejas se juntan con curiosidad del por que no le entregaba aquella carta también lo que con intriga lo lleva a preguntar.

— ¿Para quien es esa carta? — el hombre traga grueso alzando la mirada y luego llevándola al hombre a su lado — Te hice una pregunta.