Una linda Navidad - 1

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Una linda Navidad

Reto relato navideño 2023 Albert y Candy

By : Rossardlay

Inglaterra

Candy nos vamos a meter en problemas si nos descubren que salimos de los dormitorios, estaremos perdidas, que miedo no quiero ni imaginar lo que mis padres me dirían y el tremendo castigo que recibiría.

— Annie ya para de quejarte por dios, exclamaba la rubia poniendo los ojos en blanco, si tanto te preocupa entonces no nos acompañes, pero que manía la tuya de estarte quejando de todo .

— Candy no es que sea aguafiestas, pero la verdad yo también tengo miedo, decía Paty .

— Bueno entonces me voy yo sola, regresen a sus habitaciones por mi no se preocupen, parando en seco en medio de la oscuridad, apunto de saltar la barda del instituto san Pablo .

— Cálmate Candy, no te pongas así, verdad Paty dijo Annie.

— Así es Candy, somos tus amigas y prometimos acompañarte, y eso haremos anda apurémonos antes de que nos cachen.

Después de brincar la barda las tres chicas se dirigieron, hacia su destino a la rubia se le había metido a la cabeza ir a conocer un pequeño bar, de cual todas las chicas hablaban que la que no conocía ese bar, no sabían de lo que era sentir esa adrenalina de ser descubiertas y probar de un buen tarro de cerveza de ese lugar y de sentirse encerradas como una verdadera cárcel en el instituto.

Mientras en el pequeño bar se encontraba un muy apuesto caballero rubio alto, cuerpo bien tonificado y unos ojos azules como el cielo, parecía un dios griego, no tenía mucho de estar disfrutando de una buen tarro de cerveza bien fría, pues se encontraba sumamente estresado de tanto trabajo, ya no podia seguir asi, encerrado trabajando largas jornadas y sin descansar, recordaba sus tiempos en donde disfruto de la naturaleza cuando vivía en Chicago en Lakewood, a su mente vino la imagen de la hermosa rubia pecosa y de cómo hablo con su tía Elroy, para que la acogiera como su protegida, al principio la tía se oponía, pues decía que ya tenía a su cargo a los hermanos Cornwell, pero al saber que pronto su otro sobrino Anthony se iría con su padre, la tenia muy triste pero sabía que su destino era estar al lado de él. así que lo pensó mejor y decidió acoger a la rubia como su protegida. Solo curvo sus labios de sentirse satisfecho al saber que su tía había hecho lo correcto, él ya no pudo tener contacto con la rubia pues tuvo que regresar a terminar sus estudios y empezar a hacerse cargo de los negocios de la familia, se lo había prometido a su tía.

Cuando entraron al bar las chicas se sentían fuera de lugar, cuando se acercó uno de los encargados del bar para tomar la orden de las chicas. Buenas noches veo que es la primera vez que vienen aquí no las había visto antes, mi nombre es Tom así que díganme chicas con que empezamos.

— Candy de inmediato dijo con un buen tarro de cerveza por favor para las tres.

— Perfecto en un momento se los traigo retirándose de la mesa.

— No quiero que Archibald se entere que estuve aquí creo que se enojara mucho, dijo Annie angustiada.

— y tú Paty le piensas decir a Stear pregunto la rubia.

— pues creo que si, por que no quiero mentirle prefiero que lo sepa por mi y no por alguien más.

— Paty, pero esque si tu le dices a Stear, el se lo dirá a Archibald.

— Ya mejor pónganse de acuerdo las dos, por que despues los chicos a la que reprenderán sera ami, dijo Candy ya un poco molesta por la situación, ire al baño chicas ahorita regreso parándose en seco y dejando a las chicas con la boca abierta.

Cuando Candy se dirigía hacia el sanitario el rubio se levantaba de su lugar, para retirarse cuando de pronto sintió que alguien topaba en seco frente a él, al disculparse sus ojos no podían de parar de mirar a unos bellos ojos color esmeraldas, que al verle no podía creer que se tratara de la persona de la cual había estado recordando momentos antes.

Candy al verlo lo reconoció de inmediato, no podía equivocarse era el ALBERT gritó efusivamente.

El rubio le respondió felizmente si soy Albert acaso eres Candy . — sí respondió la rubia con una enorme sonrisa en su labios, y dejándose ir a los brazos de él.

Él la cargó y le daba vueltas como un carrusel y diciéndole que alegría verte de nuevo después de tantos años , eres ya toda una señorita muy hermosa .

— y tu un muy apuesto caballero poniéndose roja como una cereza .

Al bajarla y verla se dio cuenta de que se había sonrojado, no pasó desapercibido para el rubio, lo cual le agrado en verdad, Candy ya se había convertido en una muy hermosa señorita más alta esbelta y sumamente bella que varios en el instituto andaban detrás de ella, querían cortejar a la rubia pero parecía que no había caballero que llenara sus expectativas.

¿Candy pero que haces en este lugar? ¿ vienes sola? Pregunto un poco preocupado, eso no le gustaba era demasiado bella alguien podía abusar de ella, pero parecía que la rubia no se daba cuenta de ello.

— Albert no!! vine con Annie y Paty están en aquella mesa.

— Umm, dijo el rubio entonces permíteme acompañarlas no es correcto que estén en este lugar solas.

— Perfecto entonces solo voy al sanitario y regreso.

—! ah, no señorita ! Yo la acompaño

— la rubia aceptó felizmente, se sentía que estaba soñando pues Albert en verdad estaba mucho más apuesto, con ese traje marca Oxford y corbata se veía arrebatador, no podía creer que quisiera estar con ella ahí y acompañarlas.

Annie y Paty veían acercarse a la rubia con un muy apuesto rubio, que entre más se acercaban a la mesa quedaban con la boca abierta y al ver que traía agarrada de la mano a Candy, estaban apunto de sufrir un verdadero infarto, pues el hombre era sumamente apuesto. Al llegar Candy los presentaba diciéndoles de quien se trataba, las chicas parecían hipnotizadas, pues sus respectivas parejas eran guapos también, pero nada que ver con este monumento se decían para sí mismas .

Estuvieron platicando por un buen rato hasta que decidieron retirarse pues Albert las llevó en su coche al instituto, ayudo a las chicas para que se brincaron la barda, pero la rubia se quedó con él diciéndole, Albert tenemos que volver a vernos hay mucho que platicar quiero saber mas de ti, bueno si no te molesta poniéndose de mil colores, pero es que en verdad Candy había sentido una enorme atracción sobre el rubio, que no quería perder la oportunidad de tener contacto con él, y no saber en años de él de nuevo.

Para el rubio eso lo hacia sentir mas dichoso, pues volver a reencontrarse con Candy lo había impactado de sobremanera, en verdad sentía una enorme atracción hacia la rubia, y no quería ya separarse de ella, no iba a perder la oportunidad de estar a su lado ya habían sido muchos años de soledad, y no es que no hubiese querido andar con otras chicas, pero nadie había llamado su atención como la rubia, claro dijo el rubio que tal si te invito al zoológico el fin de semana que dices .

— Me encanta la idea, expresó sumamente emocionada, entonces te miro a las once de la mañana, en la puerta de salida del instituto el sábado.

— Perfecto dijo el rubio, con una enorme sonrisa.

Al despedirse la rubia en un arrebato lo abrazó efusivamente y solo le susurró al oído, se me hará una eternidad verte hasta el sábado pero lo bueno que mañana ya es viernes dándole un beso cerca de los labios del rubio y saltando la barda velozmente y dejando a un Albert alucinando en las nubes.


Continuará . . .

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