Recuerdos de un Narcisismo Compartido

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Solo ocurrió una vez; lo recuerdo como si fuera ayer. No podría olvidarla, la conocí como si ya la hubiera vivido, una dama que era como un espejo retorcido de mi propio ser. Compartíamos pensamientos, opiniones, e incluso algunas experiencias bastante parecidas. No perdimos tiempo en conocernos, ambos clamábamos ser el mismo, como si en otra vida fuéramos una sola alma atormentada. Y dicen que eso nunca es buena señal. Juro que nunca antes había sentido algo así por alguien. Para mí, todo era un interés personal, una especie de danza de egos donde, si no me dabas algo que valiera la pena, eras un descarte automático.

Pasamos tardes enteras juntos, podría esculpirla con los ojos cerrados. Mi tacto conocía su piel, mis labios podrían declamarte la historia de su aliento, y mis dedos habían cartografiado cada centímetro de su cuerpo, mientras ella hacía lo propio con el mío.

Pero, ¿era deseo, amor o solo narcisismo? Al final del día, ella era yo, solo que en versión femenina. Todo esto era para mí un gran acto, como un drama desgarrador con un solo actor personificando varios roles.

Sabía que los polos opuestos se atraen y los iguales se repelen. Quizás debí gritar "¡corte!" antes de que ella saliera de escena. Damas y caballeros, el primer acto ha concluido, quedé solo en el escenario con un whisky barato en mano y un cigarro ardiendo en la otra, el telón se cerró.

Pensamientos, recuerdos y otras mierdasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora