Lo que pudo ser - Young Miko

8

Victoria miró fijamente al culpable de la tristeza de su amiga.

- Bella, espérame aquí. - dijo la rapera y se dirigió en dirección al hombre.

Victoria se acercó al hombre con determinación, sus ojos chispeaban furia contenida. Sin dudar, le habló con firmeza.

- ¿Eres tú el que hizo llorar a mi amiga? - preguntó Victoria con voz seria.

El hombre, desconcertado, miró mal a Victoria.

- Deberías aprender a tratar a las mujeres, amigo. No vuelvas a acercarte a ella ni a ninguna otra mujer. ¿Entendido? - amenazó Victoria con su destacable mirada penetrante.

El hombre, intimidado por la mirada de la cantante, asintió y se alejó apresuradamente. Victoria volvió con Isabella, quien aún estaba sentada en la acera. Isabella aún no se había recuperado del percance. Millones de recuerdos habían vuelto a su mente y volvían a atormentarla.

- Ya se fue. No volverá a molestarte. - dijo Victoria con un tono reconfortante. Ella odiaba ver a Isabella mal.

Isabella miró a su amiga con gratitud, las lágrimas aún en sus ojos.

- Gracias, Vi. No quiero arruinar la noche de todos. - dijo Isabella, intentando controlar sus emociones. Isabella odiaba sentirse una molestia. Ella quería que sus amigos celebraran tranquilos y en paz.

- Nada es más importante que tu bienestar, Bella. Vamos a llevar a todos al hotel y luego hablaré con el equipo para organizar algo. Nadie debe pasar por lo que acabas de vivir. - afirmó Victoria con determinación. Ella era demasiado protectora, más si amaba a la persona.

Isabella tenía un lugar especial en el corazón de Victoria, ninguna de las dos lo sabía. Ninguna de las dos lo iba a admitir.

Ambas regresaron al bar, donde el grupo esperaba preocupado. Victoria explicó la situación y decidió llevar a todos de vuelta al hotel. Isabella se sentía agradecida por la amistad y el apoyo de Victoria en ese momento difícil.

- Suban todos a la camioneta, nos volvemos al hotel. - dijo Victoria en un tono serio.

Todo el equipo se subió a la camioneta. Todos miraban con una cara de preocupación a Isabella, sabían que lo que ella había vivido era horrible.

Durante el camino, Mariana estuvo hablando con Isabella mientras Victoria manejaba. Mariana quería acercarse a la mujer pero no sabía cómo y aprovecho esa oportunidad para distraerla de lo sucedido en el bar y formar una amistad. Ese viaje en camioneta había hecho que esas mujeres formaran un pequeño lazo.

De vuelta en el hotel, Victoria se aseguró de que Isabella estuviera cómoda y segura. Isabella fue a su habitación y Victoria se acercó a esta.

- Necesitas algo, Bella? - preguntó la mujer mientras miraba a Isabella.

Isabella levantó la mirada y miró a su amiga.

- ¿Podrías quedarte conmigo? Solo una noche... - pregunto Isabella algo tímida. No le gustaba pedir esas cosas pero hoy ella tenía miedo. Tenía miedo de que ese hombre la busque.

- Claro que si, yo no tengo ningún problema. - Victoria sonrió y entró a la habitación de su amiga.

Isabella fue al baño y se colocó un pijama algo corto. Ese era el único que se había llevado. Odiaba no haber puesto otro pijama en la maleta. Cuando Isabella salió del baño, Victoria entró a este. Cómo Victoria había dejado todo en su habitación, optó por quedarse en sport bra y boxers. Lo único que esperaba, era que Isabella no se sintiera incomoda.