13.

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Pedro Gonzales

Se levantó sintiendo cosquillas en su cuello, supuso que Pablo lo estaba abrazando y respirando en su cuello, suspiró contento y lo abrazo más.

Contento de tener a su novio con el, pero algo nervioso por el partido que tendrían ese mismo día contra Japón.

No tenían pinta de ser un rival fácil pero tenían que seguir luchando por su lugar en octavos, si ganaban este partido tenían su lugar en octavos asegurado.

Intento respirar pensando lo mejor que se imagino y intento cerrar los ojos, no tenían entrenamiento, y por ende el desayuno se retrasaba media hora más.

Faltaban 2 horas más para bajar así que optó por dormir aunque sea un ratito más, pero no pudo dormir.

Tal vez era su mente jugándole una mala pasada, pero cuando por fin estuvo a punto de quedarse dormido, su alarma sonó.

Maldijo en todos los idiomas posibles mientras se estiraba para alcanzar el celular y apagar su alarma.

—buenos días— saludo Pedri al sevillano dejando un pico en sus labios.

—¿tan temprano?— pregunto el sevillano riendo.

— si, ya es hora que te levantes— finalizo Pedro con una sonrisa.

—no quiero— dijo Pablo viéndolo a los ojos.

—yo tampoco, pero tenemos que levantarnos porque tenemos partido contra Japón— finalizó el canario

—¿cómo crees que nos vaya?— Pregunto Pablo aún adormilado.

—espero que bien— deseo Pedro.

—yo igual— el sevillano dejo un pico en sus labios y se levantó para cambiarse.

Ambos se ducharon, y cuando estuvieran listos bajaron porque el desayuno los esperaba, el ambiente en el comedor se sentía tenso, pero siempre se sentía esa chispa de felicidad entre sus compañeros.

Saludaron a sus compañeros y se sentaron con sus amigos, en cuanto terminaron desayunar, subieron para ponerse la equipación, porque ese día tendrían una sesión de fotos para el equipo español.

En cuánto estuvieran listos bajaron, viendo a muchos camarógrafos pidiéndoles cómo posar y aquí en mirar, terminaron la sesión de fotos y tuvieron una reunión para ver tácticas, puntos débiles, jugadas probables y fallos en la portería.

Se despidieron y todo subieron a tomar la siesta, todos nerviosos porque en este partido estaba en juego su duración en el mundial.

Pablo y Pedro entraron abrazándose y se tumbaron la cama ambos con ganas de dormir por no haber descansado bien esa misma noche.

—voy a odiar esto, pero creo que es mejor dormir en camas separadas cuando tengamos partido, siento que no descanso— el sevillano asintió dando la razón y se acostaron en camas diferentes para dormir la siesta.

—sí, descansaremos más y estaremos al 100 para el partido— dijo Pablo.

—te extraño— sollozo en broma el canario.

—tienes que dormir— le dijo el sevillano.

—si quiero pero no puedo— lloriqueo Pedri.

—te voy a hacer un masaje— el canario asintió y se acosto boca abajo.

Pablo se posicionó entre sus piernas y comenzó pasando sus manos por la espalda de su novio, presionaba levemente teniendo cuidado de no lastimarlo.

Pedri solo se dedicaba a disfrutar las manos de Pablo en su torso, sabía justo donde presionar para relajarlo.

EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora