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Me encontraba en la oficina de mi padre, este miraba a través del gran ventanal. — No, ya te dije que te irás a Sonora con tu abuela.

—Yo dije que no me iré. Se que puedo con esto.

—Natanel tienes dieciséis años. No heredarás esto. ¡No seguirás mis pasos! — Culminó elevando su voz.

Asote mis manos en su escritorio y me levante de golpe. — Quieras o no yo haré esto.

Salí de su oficina azotando la puerta. Baje en el asensor y salí de el edificio. Caminaba por las calles de Ciudad de México pensando en la razón por la cual mi padre no quiere que continúe con el negocio.

A lo largo vi como una mujer dejaba lo que parecía ser un bebé junto a la basura. Corrí para evitar que se fuera pero al verme se fue corriendo.

—Señora. ¡El bebé! — Pensé varios segundos si correr tras ella. Tome a la criatura en brazos y traté de correr en el mismo camino que tomó la señora.

—¡Señora! — Grité al verla a lo lejos.

No pude alcanzarla, se subió a un bus el cual al llegar ya había arrancado. Era un poco de noche por lo que hacía frío. Me quité la chamarra y envolví a la pequeña niña en esta. No quedó de otra que llevarla a mi casa.

Al llegar mi padre se había adelantado. Entre y toda mi familia estaba en la gran sala. Mis dos hermanos junto a mi madre sentados en le sofá, mi padre caminando de un lado a otro frente a ellos.

—Hasta que te dignas en llegar. — Soltó mi padre al verme entrar.

—Mi amor ¿dónde estabas? — Está vez mi madre hablo, se veía preocupada.

—Yo...

Antes de que pudiera continuar mi hermana me interrumpió. — ¿Qué traes ahí?

—Una bebé.

—No mames Natha ¿cómo que una bebé. — Mi hermano se paró junto a mi.

—¿Por qué razón tienes un bebé? — Mi padre se notaba un poco desconsertado.

—Estaba caminado para acá y una señora dejó a esta cosita junto a la basura. No la iba a dejar ahí tirar a estas horas de la noche. — Explique.

Mi madre me la quitó y la comenzó a arrullar. En ningún momento se había levantado. — Mañana la llevaremos a un orfanato. — Dijo mi madre mientras caminaba al rededor de la sala con ella.

—¡Que! No.

—Hijo ya tenemos suficientes con tus hermanos y tu.

—Pero papá yo estoy dispuesto para hacerme cargo de ella.

Mi padre se tomó el puente de la nariz y soltó un suspiro muy notorio. Mis hermanos solo se miraban entre ellos. — ¿Por qué quieres hacerte cargo de una bebé que te encontraste en la calle?

—Dai ¿haz visto la vida que le dan a los niños en un orfanato?

—¿Sabes lo que cuesta mantener un bebé?

—¡Basta los dos! A su cuarto. Y tú Natanael tendremos una conversación muy seria.

Mis hermanos se fueron a su habitación y yo me senté en el sofá. — Hijo si esto es porque no heredaras el negocio te pido por favor que lleguemos a un acuerdo.

—No papá esto no es por lo del negocio. Esto es porque ¿y si esa niña llega a ser maltratada? O peor aún violada. Yo estoy dispuesto a ser su figura paternal.

—Bien hijo, tu pensar es muy maduro. Te ayudaremos en los gastos.

Le di una sonrisa y un pequeño abrazo. — Gracias.

Le quite con cuidado la niña a mi madre de los brazos. — Ven te enseño a cómo bañarla.

Subí junto a mi madre y fuimos a mi habitación. Le quitamos su ropita y en el lavabo de mi habitación la bañamos.

—Ma' ¿me podrías acompañar a comprarle lo necesario mañana?

—Claro hijo. Eres un muchacho de muy buen corazón.

Paso sus manos por mis mejillas y dejo un beso en mi frente. — Te amo mamá.

—Y yo a ti hijo.

Mi madre cerró la puerta de mi habitación dejándome con la pequeña. Sus ojitos color marrón mi miraban atentamente. — A ti no te faltará nada.

Comencé a arrullarla para que se quedara dormida. Al lograr esto la dejé en mi cama con varias almohadas a su alrededor mientras me bañaba.

•••

Junto a mi madre caminaba por la tienda mirando ropa, chupetes, botellas y lo que fuera necesario para la pequeña Luna.

—Hijo ¿cómo vas con eso de la música?

—Pues bien, hasta ahorita no me llaman de ninguna agencia pero yo sé que puedo. Más ahora que tengo una nueva motivación.

Al terminar de comprar todo lo necesario para Lu nos fuimos para la casa. Los de la mueblería se encontraban acomodando su cuna en mi cuarto. Me hace mucha ilusión cuidar de esta pequeña.

—¿Tienes hambre mami? ¿Si? Vengase.

La tome en brazos y le preparé fórmula en un biberón. Luna es una bebé tranquila, casi no ha llorado y nada de esas cosas.

—Mañana la llevaremos a registrar y demás mi amor.

—Si amá.

Ya habían pasado dos semanas desde que "adopte" a Luna, revisando unos correos veo que una empresa Mexicana en Estados Unidos me quiere firmar. Luna estaba en su cuna jugando cuando baje a donde mis padres.

—Amá, apá Rancho Humilde me quiere firmar.

Mis padres se miraron una al otro. — ¡Estamso orgullos de ti! — Mi papá me abrazó por los hombros.

—El email decía que me darían hospedaje. Pero es en Estados Unidos.

—Mijo si ese es tu sueño nadie te los quitará, te apoyaremos en todo siempre y cuando te mantengas en contacto con nosotros.

Mi madre posó su mano en mi hombro y besó mi mejilla. Le di una abrazo a ambo. — Me llevaré a Luna.

—¿No crees que es mejor dejarla con nosotros a lo que te acomodas?

—No, yo decidí hacerme cargo de ella y así lo haré.

Escuche que Luna comenzó a llorar y subí a revisarla.

Mis padres se mantenían en contacto con Jimmy para así saber cuando sería la fecha en la cual me estaría yendo para los Estados Unidos.

~~~

—Llegó el gran momento.

—No te olvides de nosotros pendejo. — Cano me abrazo. — Adiós cosita de tío.

Tenía a Lu en brazos y Cano me la quito. — No te olvides de mi mocosita.

Mi hermana tenía los ojos aguitados. — La quiero mucho mi reina, no se me aguite. — Deje un beso en su frente.

Abrace a mis padres por un largo plazo de tiempo. — Los amo.

—Y nosotros a ti mi amor. — Mi madre estaba hecha un mar de lágrimas me dio la bendición y un último abrazo.

—Mijo no te olvides de llamarnos.

Me despedí por última vez y tomé a Luna en brazos para abordar el avión. — Te prometo que no te faltará nada.

Yo no te veo como hija... Ni yo como padre. - Natanael Cano. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora