Proyecto ¿Romeo y Julieta? ﻌ [Hyunlix] ☑

Acto 9

Jeongin, un joven de 18 años caminaba tranquilo por las calles de la ciudad luego de culminar su horario de clase, en realidad no le gustaba estudiar en el centro cuando había un escuela cerca de donde vivía, pero ya casi terminaba e iría a la Universidad para estudiar literatura y seguir su sueño.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por Hyunjin, quién caminaba en dirección contraria hacia él, se suponía que no debía estar ahí.

Al principio sonrió, pero al verlo caminar con una mano en el pecho y balancearse, corrió hasta el con la expresión llena de preocupación.

—¿Hyung? ¿Está bien? —se detuvo frente a él.

—¿Jeongin? —lo miró, volviendo a sentir su incapacidad de comprenderlo, haciendo que su pecho doliera más—, no, necesito ir a casa.

—Yo lo llevaré, es peligroso si va solo.

—Iré en taxi, no hay problema.

—Yo iré con usted, no vivo muy lejos de su casa.

Hyunjin no tuvo más remedio, el más chico ya tenía uno de sus brazos sobre sus hombros y llamaba un taxi, Jeongin siempre terminaba haciendo lo que quería, y él lo dejaba sin problema.

En el camino, Jeongin se enfocaba en mantener despierto al mayor, preocupado de que tuviera fiebre o algo, porque no me decía que tenía exactamente.

Llegaron a los pocos minutos, Jeongin pagó el taxi, ayudó al mayor a bajar con cuidado y volvió a poner uno de los brazos sobre sus hombros para poder llevarlo al edificio donde vivía. Entró y fue directo al elevador, subiendo al cuarto piso, notando que Hyunjin parecía estar cada vez más pálido. Llegaron al poco tiempo y avanzaron entre los largos pasillos, yendo a la primera de tres habitaciones en ese piso.

Hyunjin colocó la contraseña y Jeongin evitó verla, sentía invadir la privacidad de alguien sí la veía.

—Me ayudaste hoy —mencionó Hyunjin, abriendo la puerta—, sería bueno que supieras la contraseña, hoy llegué consciente, pero ¿cómo será la próxima?

—No lo sé —entraron con cuidado y una vez que cerro la puerta, Hyunjin habló.

—Son los números de la fecha de mi cumpleaños, la puse por mi hermana, pero terminan siendo los mismos que los míos.

Jeongin asintió —, gracias por confiar en mí.

—Me has ayudado desde hace diez años, es lo mínimo que puedo hacer.

Jeongin sintió una extraña felicidad invadir su pecho, siguió llevando al mayor hasta su habitación, donde le ayudó a quitarse sus zapatos y a acomodarse mejor.

—¿Qué más hago por usted? —habló el menor.

—Pásame el frasco azul que esta en el escritorio —lo señalo— y un vaso de agua, yo te lo recompensare después.

—No hay problema, así puedo recompensar la vez que me cuido cuando enferme hace dos años, usted me salvo.

Hyunjin vió como el menor salía de su habitación, al poco tiempo regresaba con un vaso de agua y tomaba el frasco que le pidió. Abrió el frasco, leyó las instrucciones y una vez que Hyunjin tenía el vaso en mano, entregó dos píldoras.

—Dame otras dos.

—No, aquí dice que son dos cada 12 horas —dijo al instante.

—Está bien.

Hyunjin tomó las dos píldoras y las bebió con el agua, tragando con una mueca en sus labios, odiaba tener que tomar eso, pero al menos quitaban su dolor.