Miro a Christian que esta fregando los platos. Tiene algo de mi madre para mí.
Parece que nunca le había visto como le veo hoy. Me parece que está realmente guapo así, sin miedos, sin complejos, fregando los platos con un pantalón viejo y apartándose el pelo que le cae por la frente. Me acerco y le beso. Dios que ganas constantes de besarle. Deja de fregar los platos para agarrarme fuerte y acercarme a él. Parece que hasta la piel nos sobra. Me agarra del cuello haciendo más profundo el beso. 'Te quiero' dice en a penas un susurro encima de mis labios y seguimos besándonos.-Hola, cariño. Al final sí venimos a comer. He traído -dijo viéndonos en la cocina-... pollo asado. ¿Qué hacíais?
-Christian estaba fregando y yo... le ayudaba.
-Ya, claro -dice mi hermana riéndose y le fulmino con la mirada-. ¿Os ayudo?
-No hace falta, Carla.
-¿Te quedas a comer, no, Christian? -le dice mi padre-.
-No, no, me voy a casa, tengo mil cosas que hacer -le dice contestándole-.
-Quédate, comes y después vamos a tu casa y te echo una mano, ¿te parece? -le dijo insistente mi padre y yo me fui a recoger mi cuarto-.Mientras hago la cama pienso en todo lo que ha pasado. En parte me siento aliviada por mi madre. Luchaba por nosotros no por ella. La voy a echar muchísimo de menos. Pienso en Pablo, que ya está fuera de mi vida, y en Christian, que quiero que siga entrando en ella. Me encantaría tener despertares como el de hoy cada día. Escucho de fondo mi canción favorita y entra corriendo Christian.
-¿Qué pasa? ¿Qué pasa?
-Acabo de tener la conversación más rara e incómoda de toda mi vida. Y encima con tu padre.
-Exagerado.
-¿Exagerado? -dice y tira unos condones encima de la cama-.
-Christian, no vamos a... nada. Y menos con mi padre fuera.
-Me los ha dado él.
-Dime que ha sido el farmacéutico -digo y niega con la cabeza-. ¿Está lanzándome a tu entrepierna?Digo y me mira sin decir ni mu. Salgo al comedor y veo a mi hermana llorando de lo mucho que se estaba riendo.
-Lo que te has perdido -dice ella mientras se seca las lágrimas-.
-Papá, ¿acabas de darle condones a Christian?
-Y no solo eso, le ha dicho que por favor guarde respeto a cuando él esté en casa -continua mi hermana riéndose-.
-¡Papá! -le digo asombrada-.
-¿Me vas a decir que cuando hemos llegado y estabais en la cocina no había pasado nada, hija? -dice mi padre-. Tienes diecinueve años, no soy tan idiota, hija.
-¡Pero papá! -dije muerta de vergüenza-.
-Anda calla pitufa -dijo mi padre y riéndose me abrazó y yo me hice la ofendida-.
-¿Cómo estás, papá?
-Bien cariño. Voy a preparar la comida y tú ves con él.Me voy a la habitación y lo veo acabando de recoger todo. Qué guapo está.
-¡Annaaaaaaaa! -escucho a mi hermana y voy a su cuarto-.
-¿Qué?
-¿Cómo que qué? ¿Te has acostado con Christian?
-No. Obviamente, no.
-¿Obviamente? Vamos, os estáis devorando con la mirada.
-Bueno...
-¿Y Pablo?
-No sé y tampoco me importa mucho.
-Ay que monos jo. Esta noche entretengo yo a papá y vosotros... a lo vuestro, vaya -dice pícara-.
-Que no, jope. Callate.Comemos con una tensión palpable. Mi padre me mira, yo miro a mi hermana y mi hermana no deja de mirarme pícara. Christian no levanta su vista del plato. Al acabar nos montamos en el coche y vamos a la casa nueva de Christian.
-Tendrás que ponerle nombre, ¿no? -dice mi padre refiriéndose a la granja-.
-Aún tengo que pensar cómo llamarla.Entramos a la casa y nada más entrar vemos un salón viejo y unas largas escaleras. En el fondo se ve una cocina enorme y en la izquierda tres habitaciones.
-Aquí quiero montar un pequeño despacho y un gimnasio -dice Christian-.
-¿Y dónde vas a dormir? -digo sin entenderlo y mi padre le hace una señal a Christian. Me coge de la mano y me lleva hacia arriba con un sonoro 'ohhh' de mi hermana y mi mirada de 'cierra la boca'-. Esta es la habitación principal -dice entrando por una gran puerta y mostrando una habitación enorme totalmente nueva. Es preciosa-. Con baño y vestidor -pellizcarme. No pega nada con una granja-. Y aquí hay tres habitaciones más.
-¿Te ha tocado la lotería?
-Obviamente sí, tengo una casa bonita y una chica mucho mas bonita cogiéndome la mano.
-Eres un romántico -dije y me besó, apasionadamente. Dios, qué beso. No dejes nunca de besarme así-.
-Te quiero, Anna.
-Yo...
-Sé que no me vas a decir te quiero, tranquila, pero yo sí te quiero y no necesito que tu me quieras a mi para quererte yo.Y nos volvimos a besar porque, sin saber por qué, me apetecía y no quería pensar en nada más.
Parecía todo encajar perfectamente como un pequeño puzle. Sabía que siempre Christian me miraría como yo necesitaba que me mirasen: con cariño, con amor, con deseo.-Tengo algo para ti, ¿recuerdas?
-Sí... aunque tengo miedo de que me lo des -admití-.
-Tranquila, enana -dijo y abrió la puerta del vestidor y sacó una caja bastante grande-. Esto es tuyo.
-¿Todo?
-Sí -dijo y se sentó en la cama y dio pequeños toquecitos para que me sentase a su lado. Lo hice y cogí la caja-. No tengas miedo.Abro la caja con miedo y veo otras cajas dentro de ella. Miro a Christian y me sonríe. Cojo una caja pequeña que es la que más arriba está y la abro y rápidamente sé lo que es.
"12/05/1995 Mi niña ya está aquí"
Ojeo un par de notas más.
"25/12/2000 Anna es toda una mujercita. El vestido granate le queda como un guante"
"30/07/2009 Primera borrachera de mi pitufina. Según ella: 'estoy bien mamá'."
Me pongo a llorar. Te echo de menos, mamá. Estaba bien, mamá.
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Enamórate de Barcelona
RomanceMe presento, soy Anna y solo vengo a contar una historia más. No sabría deciros si buena o mala pero... si me enseñó, y mucho. ¿Más cosas sobre mí? Pues soy morena, tengo los ojos azules, soy muy persistente, vergonzosa y alegre, si te detienes a co...