Five years without you (Camren)

Capítulo. 13

Sofi

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Tenía miedo por el día de hoy, no podía prestar atención a ninguna de las seis clases universitarias y apenas me di cuenta cuando terminó la última.

Mi cuaderno estaba abierto, completamente en blanco y lo miraba sin sentido como si fuera a darme algunas respuestas.

Mientras tanto la habitación se iba vaciando.

-¿Señorita Jáuregui?

Me desperté cuando la profesora me dio un codazo, llamando mi atención.

- Lo siento, profesora Suzana.

- Sabes que puedes llamarme Suzan, Laur.

Ella sonrió gentilmente, sentándose frente a mí ya que no había otros
estudiantes en el salón.

- ¿Algún problema?- Pregunté, poniendo el cuaderno en mi mochila y sintiendo un ligero dolor de cabeza.

-Tus notas son maravillosas.

-¿Ese es el problema?- Me reí suavemente y ella me siguió.

- Siempre lo ha sido - hizo una pausa, poniendo su mano sobre la mía - ¿No
es hora de vivir, Lauren? Cada vez que te veo luces igual, has estado estudiando mucho, ¿no?

-A la gente le suele gustar mi cara, no se queja de ella.- Comenté, haciéndola mirar mi boca.

- Incluso después de esa noche me pareces la misma.- Sabía exactamente dónde terminaría ese asunto.

- Suzan, fue solo una noche, solo sexo, ya tuvimos esta conversación.- Puse los ojos en blanco y me levanté con ella todavía sosteniendo mi mano.

- Yo sé yo sé. Pero no me gusta ver así a mi alumna favorita.....- Hizo una pausa, buscando la palabra correcta mientras soltaba Suavemente mi mano.

-¿Fria?- Completé - Suzan, estoy bien, lo prometo. Pero ahora tengo que irme.

Le dejé un beso en la mejilla antes de salir de la habitación. Suzan y yo
pasamos una buena noche de sexo, pero no supe que ella era mi maestra
hasta el día después de que comenzó a enseñar en la universidad, era una
mujer increíble, pero nunca despertó en mí nada más que el deseo.

Y ese era mi maldito problema, conocía mujeres increíbles que podían darme todo y yo simplemente las negaba porque no las amaba, porque no sentía nada de nada.

Estaba caminando hacia el estacionamiento con un clima agradable, ni demasiado frío ni demasiado calor, el viento pasaba tranguilamente y el sol parecía sonreír contra mi piel.

Dejé de prestar atención al clima cuando encontré a Dinah abriendo la puerta de su auto a toda prisa.

-¿Estás huyendo de mí?

Pregunté divertida mientras metía las manos en el bolsillo de mi abrigo, ella se asustó y terminó golpeándose la cabeza con la puerta al entrar.

-¡Mierda!

-Hermana, ¿está todo bien?

-Sí, Laur y no, no estoy huyendo de ti, solo tengo mucho trabajo que hacer.

-Ya veo... ¿Te veré mañana?- Pregunté apoyándome en su auto.

-Por supuesto - entró con cuidado en el vehículo, encendiendo el sonido - Nos vemos mañana.

-Hasta mañana.

Y luego aceleró como si no le importaran las multas por exceso de
velocidad. Su prisa me pareció extraña, pero ignoré el asunto, tenía más de qué preocuparme.