CINTURÓN━━ e.fernandez ; j.alvarez

CINTURÓN

-Más, más por favor.- Lloriqueó entre tanta excitación. -Enzo, ahorcame más- Logró suplicar entre suspiros.

Enzo tenía una de sus manos apretando dolorosamente su cintura, tanto así que podría jurar que tatuaría sus dedos allí; y la otra sosteniendo aquel cinturón que decoraba su cuello, como si de un collar se tratase.

Sintió otro golpe en sus glúteos luego de su pedido, sacándole un fuerte gemido, decorando la -ahora no tan- silenciosa habitación.

Sintió como la mano en su cintura, luego de ser apretada aún con más fuerza, subía por su lateral y como el cinturón en su cuello se apretaba más, para luego posicionarse nuevamente en su lugar.

Sintió como comenzaba a quedarse sin aire.

Sus palmas sudaban de sobremanera y las rodillas comenzaban a doler de estar tanto tiempo apoyado en ellas.

Sus pezones estaban, además de mojados con la saliva de Enzo, duros, erectos.

Gimió fuerte nuevamente.

Si ya de por si no tenía aire, ahora lo tenía menos. El calor se apoderó totalmente de su cuerpo.

-Cogeme m-más fuerte, Enzo.- Susurró el mayor. Su voz quebrada por la falta de aire calentó aún más a Enzo.- Más fuerte, por favor.

Finalmente dejo caer sus palmas cuando volvió a sentir un azote, siendo este el detonante de su cansancio fisico, haciendolo quedar apoyado sobre sus codos, dejando su culo aún más a disposición del morocho.

-Puta.- Aceleró sus estocadas. -Ves que sos una puta a la que le gusta que la haga mierda. Sos mi puta de mierda.- Tiró más del cinturón, haciendo que su cabeza vaya para atrás y lo vea los ojos. -Decilo. Decí como te gusta que te haga mierda, decime como me perteneces, decime que sos mi puta.

Solo pudo largar un pequeño gemido en respuesta. No podía formular una sola oración.

-Respondeme, Julián.- Tiró del cinturón, haciendo que su cabeza vaya para atras. -Respondeme porque te juro que te vas a arrepentir.-

Julián solo mordió sus labios, rojos e hinchados labios al no poder contener toda la excitación que contenía en su cuerpo.

-No sabes las ganas que tengo de llenarte todos esos labios hermosos que tenés de mi. Y lo voy a hacer.- Otra vez, solo pudo responder con un gemido.

Le era imposible hablar de la excitación que sentía en ese momento. Por más que estuviera desnudo seguía sintiéndose caliente.

Con la mano que sostenía su cintura, comenzó a amasar uno de sus glúteos, para luego dirigirla a su erección y comenzar a masturbarlo.

-S-si, E-nzi... mhm, soy tuyo.- Un largo gemido se apoderó de su boca y una fuerte mano tatuada se plantó en uno de los cachetes de su culo. -S-soy t-tu puta.

Fernández comenzó a aumentar las estocadas, haciendo más fuerte el ruido del golpe entre su pelvis y el culo de Julián.
Pero, en un momento, sin razón aparente, frenó todo movimiento, aunque quedándose adentro para que Álvarez aún lo sienta.

-¿P-por qué paras?- Preguntó con un claro deje de preocupación en su voz.

No quería que Enzo parara, así que vagamente, comenzó a moverse, para así poder recibir más de esa dosis de Fernández que tanto amaba.

-Mirate. Mirá lo puta que sos. Sos solo una puta desesperada por un poco de mi.- Julián comenzó a tratar de moverse, pero no lo consiguió. Su cuerpo estaba demasiado cansado. -¿Tanto te vas a desesperar por un poco de pija?- Dió otro golpe en sus glúteos, más fuerte que todos los demás, haciendo gemir aún más alto a Julián.

Se inclinó para poder estar cerca de su cuello, chupando, mordiendo y marcando este.

Julián abrió su boca para decir algo, pero Enzo, aprovechándose de este, lo interrumpió metiendo bruscamente sus dedos índice y medio en su boca, enviándolos tan el fondo como para que Julián se ahogue, sumándole al fuerte agarre que no lo dejaba respirar.

Comenzó a toser con pequeñas lágrimas en sus ojos.

Enzo sacó sus dedos, pero rápidamente los volvió a meter, comenzando un vaivén en su boca, escuchando aquel sucio y húmedo ruido que la saliva que se acumulaba en su boca y luego se escurría en su barbilla, perdiéndose en el cinturón, producía.

-Te voy a romper. Te lo juro, Julián. Sacas lo peor de mi, puta de mierda.- Sin aviso previo, agarró ambas muñecas de Julián, colocándolas en su espalda, provocando un gemido de asombro en el mayor. -Dios, te voy a coger tanto y tan fuerte que me vas a pedir por favor que pare.

-Sabés que nunca voy a hacerlo.

Aquellas pocas palabras fueron el impulsó para que Enzo comience nuevamente el movimiento de caderas, otra vez, tomando desprevenido a Julián.

Luego de algunos pequeños minutos ambos comenzaron a sentir aquella sensación familiar en su vientre, avisando que se correrían.

Sus movimientos comenzaron a ser más desordenados y rápidos por la necesidad de correrse.

-a-acaba adentro, porfavor.- Suplicó entre suspiros.

Y así lo hizo, luego de unos segundos terminó corriendose dentro del cordobés, quien al sentirlo también lo hizo.