Bajo la resplandeciente luna llena, Levi aún mantenía su agarre firme en la mano de Armin, mientras parecía conducirlo en silencio hasta las afueras del castillo, como si necesitara alejarse lo más posible de aquel salón para estar seguro de que los comentarios de aquellas personas no llegarían hasta ahí.
La noche estaba en su máximo apogeo y el cielo estaba despejado, pintado de innumerables estrellas que adornaban todo el oscuro lienzo en el cielo.
Ambos permanecieron en silencio unos segundos, Armin aún permanecía confuso por lo que acababa de pasar, realmente no esperaba que el frío príncipe tomara la iniciativa de sacarlo de aquel sofocante salón, cuando sintió el agarre de su mano, fría pero a la vez cálida, como si un lazo de protección se formara entre sus dedos pero la barrera aún seguía ahí, solo que al menos ahora, sentía un muro menos.
Finalmente, su mano fue retirada, y el rubio rompió aquel sereno silencio y habló:
- Realmente se lo agradezco. - No había necesidad de aclarar el porqué le agradecía, el gesto del azabache fue claro.
El príncipe, al escucharlo, con una pequeña inclinación de cabeza, admitió con frialdad calculada:
- No es la primera vez que la gente juzga de esa manera.
Y era verdad, la mayoría de las personas que pertenecían a la realeza o a familias adineradas de gran prestigio eran como buitres voraces, sus palabras críticas e hirientes eran como cuchillos afilados, listos para cortar y servir juicios implacables a aquellos que parecían ser simplemente inferiores a ellos.
No era la primera vez que se dedicaban a humillar a alguien por un simple error.
No obstante, no mencionó que esta era la primera vez que él intervenía en algo así. Por lo general, prefería pasar de largo ante estos problemas y no se molestaba en ayudar a alguien en apuros, especialmente cuando había una audiencia atenta a cada uno de sus movimientos.
Era solo que esta vez, por alguna razón sintió la necesidad de sacar al rubio de ahí. Quizás fue la mirada indefensa en los ojos del sirviente o un atisbo de conexión que ni él mismo comprendía. Sin embargo, ese impulso inusual lo llevó a actuar en contra de su usual comportamiento, desafiando las expectativas de aquellos que lo veían como un príncipe frío e indiferente ante las cosas que pasaban a su alrededor.
Armin, queriendo aligerar la atmósfera, respondió con un toque de humor:
- Al menos, ahora soy famoso en el castillo. - Decía mientras estiraba sus brazos despreocupadamente. - Nunca imaginé que mi servicio incluiría una actuación tan dramática durante la fiesta. ¿Cómo describirías mi entrada triunfal al caer encima de ti? - Dijo animadamente con una sonrisa juguetona mientras veía al azabache.
El príncipe permitió que una pequeña sonrisa se deslizara por sus labios, mientras mantenía su mirada al frente, y respondió:
- Bastante inesperada.
Armin sonrió ante la respuesta de Levi, parecía que el frío príncipe podía no ser tan frío a veces. Pensó.
Esta vez, cambiando un poco el tema, el rubio volvió a hablar con un matiz de curiosidad, no entendía porqué el príncipe ayudaría a alguien como él:
- ¿Por qué me defendió? No era necesario.
Levi solo lo miró, pronto una ligera sonrisa ladina apareció en sus labios mientras respondía:
- ¿Preferías que no lo hiciera?
Armin lo pensó, aunque no le tomó mucho tiempo darse cuenta que en realidad realmente necesitaba la ayuda de alguien en ese momento. Así que, esta vez, en un tono apenado por tener que contradecirse así mismo, contestó:
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Eclipse
FanfictionEn un castillo habita un príncipe cuya personalidad es más fría que el hielo mismo, nunca se le ha visto sonreír o mostrar interés por nada ni nadie, simplemente encerrado en su destino aparentemente inevitable. Como la Luna en una oscura y fría no...