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Carla
El calor de las luces. El ritmo del bajo y de la batería. El sonido de la multitud cantando junto a la letra de mi primer single. Parpadeo las lágrimas mientras sostengo el micrófono y vacío mis pulmones en la nota final. Las luces se oscurecen, y por un segundo el lugar está en silencio antes de que estallen los gritos con el flash alzando los brazos ,Cierro los ojos y me muerdo el labio, riéndome silenciosamente. Esto. Esto es de lo que se trata. Este sentimiento hace que todo valga la pena. Este sentimiento es parte de la razón por la que entré en una habitación de hotel y me casé con un perfecto extraño sólo horas más tarde. Porque no puedo imaginar nunca sentirme así de nuevo. Dejé caer la cabeza y miré fijamente la oscuridad antes de que los ayudantes comenzaran a correr por el escenario y a quitar mis cosas. Respiro hondo, y mi mente va inmediatamente al hombre que espera fuera del escenario.
Sentí sus ojos en mí todo el tiempo. Me senti acompañada , no estoy sola.
Antes de esta noche, podría haberme preocupado que Samuel pasara todo el espectáculo viéndome y juzgándome, pero sus acciones en la sala de reunión y bienvenida inclinaron todo sobre su eje. No sólo el hecho de que fue tras el borracho punk que decidió que quería un beso, sino el propio beso de él después de eso.
Esperaba al hombre de las cavernas o al imbécil posesivo, pero lo que conseguí fue algo completamente diferente. Ya está cambiando, y todavía no he descubierto al primer Samuel que conocí. Todo el día, no ha sido nada como imaginaba que sería. No ha intentado hacer algo sobre él o su negocio hoy. Ha estado, en su mayor parte, a mi lado y me ha seguido de cerca.
No esperes que dure, Carla . Ahora mismo esta relación es una novedad para él. Se cansará pronto.
Te metera una parada lejos de su perfecta vida.
Es un multimillonario ¿Cómo podría estar contento con seguirme? Tiene un imperio qué dirigir, y no sé cómo posiblemente puede dirigirlo desde un autobús turístico. No hay manera de que lo hubiera hecho a largo plazo antes de nuestras vacaciones de Navidad. Parte de mí deseaba que esta segunda etapa de la gira fuera más larga, así podría dejarlo probarla. Y entonces la cínica en mí -o tal vez la realista- también interviene con preguntas mucho más pertinentes y perturbadoras.
¿Y si no le gustaba el show? ¿Y si la mejor parte de mí no es lo suficientemente buena para él? Entonces, ¿qué tengo para ofrecerle?
La duda sobre mí misma va bajando mi orgullo en la subida en la que estoy montada después del show, porque ¿qué más tengo que ofrecerle? ¿Mi cara bonita y mi cuerpo aparentemente perfecto segun el ?
Las preguntas hacen eco repitiéndose, pateando mi ritmo cardíaco más rápido, hasta que todo lo que puedo oír es el torrente de sangre en mis oídos. Por lo menos eso ahoga el sonido de la voz de mi mamá diciéndome que nunca seré nada más que la chica del remolque, sin importar en cuántos escenarios cante. Un miembro del equipo me golpea accidentalmente en el hombro, y tropiezo de vuelta a la realidad.
