XXXV: La entrevista de Samira

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Samira caminó con el estómago algo revuelto por los nervios hacia la biblioteca, pero en el pasillo antes de entrar a la misma, frente a la pesada puerta de madera que separaba los libros de un pequeño patio y galería que aportaban una cálida luz natural, se encontró con Zeth que la esperaba y en cuanto ella llegó este la recibió con una leve sonrisa.

- ¿A ti también te llamaron? – preguntó Samira sin poder disimular su cara pálida.

-No, pero me pidieron que esperara aquí- se encogió de hombros el.

Samira dejó salir aire de los pulmones, estaba algo nerviosa. Zeth se acercó un poco a su oído.

-No te dejes intimidar... habla con Kadir como en el desayuno, el viejo no tiene poder sobre nosotros...- Le dijo Zeth con seguridad en voz baja.

Ella asintió con la cabeza...

-Gracias...- le dirigió una mirada a aquellos ojos grises que comenzaban a inspirarle devoción. El se veía tan seguro y fuerte que la llenaba de confianza. Saber que el estaría en la puerta esperando, la tranquilizaba.

Samira entró a la biblioteca. En el escritorio más grande se encontraban el Señor Kadir y el señor Selim sentados uno a la par del otro y la invitaron a sentarse al frente de ellos.

-Toma asiento querida. Ya sabes de que trata esto, la idea es que contestes a nuestras preguntas así podamos completar los informes. - Le explicó el señor Kadir amablemente.

-Si...- Contestó ella mientras tomaba asiento.

- Ya sabemos tu nombre y apellido y sabemos que eres hija del comerciante Mohamed Eldir y su esposa Latifa Eldir... ¿Cuántos años tienes exactamente? – preguntó el señor Selim.

- Dieciocho años Señor – Contestó Samira algo tensa.

- ¿Estudiabas en el otro continente? – siguió preguntando Selim

- Si señor, asistía a clases en la única escuela estatal que había en la provincia donde vivíamos. -

- Tengo entendido que en el nuevo continente hay solo una escuela por provincia. – Señaló Kadir.

-Así es... - Contestó Samira.

- De acuerdo con el plan educativo, tendrías que cursar el ultimo año para completar tu educación, ¿Es así? - preguntó Selim sin levantar la vista de sus papeles.

- Si, esta en lo correcto señor- contestó ella.

- ¿Y tienes pensado solicitar el permiso a tu marido una vez que te cases? - La miró por encima de sus lentes para leer.

-Bueno... Me gusta mucho estudiar, así que tal vez si, sea algo que pueda considerar...-

-Sabes que en este lado del continente estamos en crisis poblacional, y necesitamos más habitantes, ¿verdad? – dijo Selim mirándola con seriedad.

-si, estoy enterada de eso...-

-Selim, creo que esa clase de preguntas son para...-

-Esa clase de preguntas son las que debemos hacer, hoy en día, en nuestro continente, el matrimonio es una institución casi forzada, la reproducción de nuestros habitantes es crucial para nuestra supervivencia. ¿Sabes porqué los Hijos del desierto se pueden casar solo una vez, niña? -

- Si señor... Me dijeron que es para reducir la posibilidad de que queden mujeres viudas y no quieran volver a casarse...-

- Una de las tantas razones, si. ¿Y sabes porqué nos urge que los hijos del desierto sean padres? -

Los hijos del DesiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora