Capítulo 12

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Recuerdos que te atormentan en sueños

Después de recobrar sus fuerzas con un descanso bien merecido, ambos hanyos volvieron a iniciar su camino hacia las montañas nevadas del norte, un viaje que les tomaría varios días. La única compañía que los acompañaría era la de la naturaleza, los árboles y la cumbre blanca. Aún así Towa empezó a contar todo lo que había vivido en la época moderna, con tanto detalle y emoción que podría pensarse que había pasado años en vez de días, Tales como el amor que le compartió Sota al adoptarla en su familia, la amabilidad de Moe al aceptarla, los consejos de la abuela Higurashi, las extrañas leyendas de su bisabuelo y sus juegos favoritos con Mei. El hibrido la escuchaba con mucha atención porque se le veía que todo lo que le pasó fue en carne y hueso, es decir que no mentía ni una vez sobre todas sus historias. Aunque una parte de el estaba feliz porque parece que todos pudieran avanzar en sus vidas también sentía tristeza porque su deber era proteger la felicidad de Ahome y su hija pero parecía que había les había fallado. Cuando la albina vio el rostro deprimido de su tío, tiro con cuidado de su hitoe rojo y le preguntó.

Towa: ¿Estás bien?

Inuyasha afirmó con una sonrisa tristes.

Towa: Muy bien, entonces cuentame la historia.

Inuyasha: ¿Qué historia?

Towa: tu y mi tía.

Inuyasha hizo una mueca de desagrado como si fuera un niño.

Towa: Ya deja de comportarte como un niño y dime.

Inuyasha: ¿Si te digo dejaras este tema?

Towa: Si, si, si.

Elevaba y descendia la cabeza en forma de afirmación la hibrida mientras le brillaban sus ojos, esperando con deseó un buen chisme o una buena historia romántica.

Inuyasha: Necesitaba una perla con poderes que podía conceder deseos, ella podía ver los fragmentos de esa perla, la recolectamos pero ya no quería mi deseo entonces ella se deshizo de esta.

La expresión de Towa cambio repentinamente en desepcion al oír una respuesta tan seca y sin emoción.

Towa: que aburrido...¿Dónde está el romance?

Inuyasha: ya llegamos.

Por estar tan entretenida en su charla no percató que delante de ella se encontraban las montañas del norte.

Towa: ¿En serio no le vas a decir nada a mi prima?

La niña miro con ojitos de perrito al híbrido.

Inuyasha: Solo quiero saber si está bien, si está viva, si está sana y si es feliz.

Towa: Tío...

Inuyasha no le dijo nada más y fue corriendo a máxima velocidad hacia el pico de la montaña más alta, Towa intento alcanzar a su tío pero era tan hábil y veloz que logro perderle el rastro. Towa solo pudo mirar el pico de la montaña y desearle suerte al hanyo.

Aunque el hibrido estaba en la cima de las montañas; se desplazaba a una gran agilidad, algo que llamo la atención de un pequeño miembro del clan de  alguien: era un joven demonio del clan de los lobos con cabello rojizo y ojos azules, además de tener una tez clara. Saltó de forma estrafalaria hacia el mestizo y con una espada, tan oxidada y sin filo que parecía una herramienta de herreria, le golpeo con fuerza, pero no hizo ningún tipo de daño a nuestro prótagonista.

??: Maldito Yuji, me la vas a pagar por no hacer lo que te ordenó.

Inuyasha: Mocoso no seas obstinado, de todas formas tu técnica con la espada es perversa.

El legado de las tres princesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora