Capítulo 1

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-Ya hemos llegado- les dijo el conductor a los seis chicos.
Los que aún permanecían dormidos fueron despertándose poco a poco y con mucha vagancia intentaban abrir los ojos.
-¡Qué sueño!- dijo Desire.
-¿Dónde estamos?- preguntó Zack.
-Ésta es la primera parada de autobuses que hay ¿os bajáis o volvemos a Madrid?- prosiguió comentando el hombre.
-Bajamos, bajamos- le respondieron casi todos al unísono.
Todo estaba muy oscuro, podían ver un poco gracias a la tenue luz de una farola que parpadeaba rápidamente.
Gracias a la linterna del móvil de Gala pudieron ver el lugar en el que se encontraban, un poco mejor.
Era una amplia calle en la que tanto a la derecha como a la izquierda había casas viejas, no podían saber si vivía gente ahí pero deducían que serían más que nada personas mayores.
Un poco más al fondo se podían divisar ciertas tiendas de comestibles y ropa.
-¡A qué lugar hemos llegado a parar!- dijo Danna.
-Busquemos un hotel- aconsejó Zack.
Danna, Zack, Louis, Gala, Desire y
Norah anduvieron caminando por las viejas y poco iluminadas calles durante mucho tiempo pero no encontraton ningún hotel.
-Joder, ¿A dónde vamos a ir ahora? ¿Dónde vamos a dormir? ¿Qué hacemos con las maletas?
-¿Zack te puedes tranquilizar? Me estás poniendo nerviosa- le dijo Desire cansada de que su amigo estuviera haciendo preguntas continuamente.
-Vayamos a buscar algún sitio- sugirió Gala.
No muy lejos de donde se encontraban había una casa a la que no tardaron mucho llegar.
-No, ni de coña- dijo Danna como si leyese la mente de sus amigos.
-Vamos Dan, no hay otro sitio- le intentaba convencer su hermana.
-Yo ahí no entro, ¿Y si hay alguien?
-Pero si la casa está en buen estado, y no se oye nada.
-Que no- repitió la chica.-Vosotros entrad si queréis pero yo no paso de la puerta.
-Anda Danna no seas miedica, sólo será una noche, hasta que encontremos otro sitio- le dijo Louis.
Ella suspiró y tras largos minutos que tardaron los cinco en que su amiga estuviera de acuerdo en que pasaran la noche en esa casa, al final consiguieron convencerle.
-¿ Y cómo pensáis entrar? Ni que la llave estuviera en el felpudo como en las películas- les dijo Norah.
-Para eso están las horquillas querida pelirroja- le contestó Desire con una pícara sonrisa.
Norah rió, era una chica muy alegre, nunca solía enfadarse y esas pecas que tenía por todo el rostro siempre agradaban a los que estaban a su alrededor.
Desire se sacó una de las horquillas que le sujetaban el moño rubio y se aproximó hacia la puerta. La introdujo y la movió hasta que la puerta hizo un Clic y se abrió.
-Por eso te quiero tanto- le dijo Norah riéndose y le dio un abrazo.
-El poder de las horquillas. Es íncreible como una cosa tan diminuta y delgada consiga abrir puertas.
-Si, si, el poder de las horquillas lo que tú digas señorita repipi, ahora ¿Qué tal si la empujas para que podamos entrar de una vez?- le espetó Zack de mal humor.
-Tómate una aspirina que te veo muy estresado, idiota- le contestó Desi.
-Bueno chicos ya está bien, callaros de una vez- dijo Louis.
Gala apoyó la mano derecha sobre la puerta y la empujó hacia dentro.
-Voy a ver si encuentro el interruptor de la luz- dijo Norah.
Y dicho ésto se fue en busca de su desedo interruptor.
Los demás, con el móvil de Gala inspeccionaron la casa, un piano, muebles viejos, un reloj en la pared...
-Allí- señaló Louis hacia un par de sofás.-Allí podemos dormir.
Gala miró a Danna quien estaba algo asustada por el ambiente en el que se encontraba y se rió por dentro al ver que su hermana mayor tenía mas miedo que ella.
Un ruido.
-¡Ahhhhhhh!- gritó una voz que a todos les resultaba familiar.
-¿Norah?
-Había, había...-decía intentado hacer una frase coherente.
-¿Había qué?

Zurie y la casa embrujadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora