El arte es su pasión. Desde que tiene conciencia ha amado todo lo relacionado al arte. No sólo el que está plasmado en los museos a los que todos suelen asistir, también los distintos tipos, como la danza, la literatura, el cine, y por supuesto, la 𝗺𝘂́𝘀𝗶𝗰𝗮.
Descubrió que tenía un gran talento con los óleos cuando ganó un premio en la escuela secundaria, todos alabaron su creatividad y su gran esfuerzo con esa pintura.
Su madre no podía estar más que orgullosa de él, ella siempre le apoyó en todo, le apoyó tanto que logró entrar a la Universidad de Bellas Artes.
Todos estaban orgullosos, todos esperaban lo mejor de él, y él no les daría menos. Pintar era su pasión.
Le gustaba el lugar, le hacía sentir cálido y como en casa.
Todas las mañanas se levantaba para ir al edificio, siempre dejaba un gran desorden por todo su apartamento. Si su madre viera eso de seguro le obligaría a volver a casa hasta que aprendiera como doblar su ropa interior.
Durante todo el camino una variedad de géneros se reproducían desde su estéreo. Todas esas canciones tenían algo que las hacía únicas, tal vez era el ritmo o de lo que hablaban, pero si estaban en su playlist es porque él realmente les consideraba lo suficientemente buenas para estar ahí.
Al llegar bajó algunos de sus trabajos que se entregaban ese mismo día, durante su recorrido por el lugar saludaba a varias personas, lo hacia con una gran sonrisa a pesar de que incluso el escuchar otras voces ese mismo día le irritara, era algunas de las cosas que le acomplejaban de ser tan extrovertido.
Finalmente había llegado a su salón, todos sus compañeros pasaban a entregar proyectos que llevaban semanas o hasta meses de desarrollo, así que él hizo lo mismo.
Al tomar asiento, su maestra se levantó, y todos en la sala guardaron silencio.
- Este es su último semestre de su carrera, deben de estar emocionados. Y por eso, tendrán como último proyecto algo realmente especial.
Una notificación llegó a su celular, y él discretamente la miro. "Basta, lo único que quería era pasar un buen rato, no tratar con un adulto que se comporta como adolescente enamorado."
Hizo mala cara y prefirió mirar a su tutora.
- Van a crear algo sensacional, para ustedes, algo que les provoque un sentimiento único. Eso lo van a plasmar en un lienzo, pueden utilizar la vanguardia que ustedes deseen.
Tengen suspiro.
Pasarón algunas horas, la mujer les había dejado buscar eso que les hiciera sentirse vivos, y que lo escribieran para tener una idea en mente. Todos compartían entre ellos ese algo, habían risas por doquier, y ahí se dió cuenta. El algo de la mayoría eran personas, personas las cuales amaban y con las cuales pasaban momentos inolvidables, por eso habían risas, porque todos contaban sus anécdotas con sus personas especiales.
Algo que él no tenía.
La hoja donde debía escribir su idea estaba vacía, simplemente se dedicó a observar las líneas marcadas en el cuaderno y a escuchar con su fino oído las historias de los demás.
Hace mucho no tenía esa inspiración que todo artista tenía, podría decirse que esa inspiración fue pasajera.
Él siempre la buscó, siempre lo intentó con tantas personas, tantas personas que llegó a obligarse a querer para no lastimarlas pero lo único que provocó fue hacerlo pero de una manera silenciosa.
Salió con tantas personas para intentar tener esa chispa, esa conexión, él anhelaba el tener a alguien en su cabeza y corazón todo el tiempo, algo que fuera real.
Lamentablemente jamás lo consiguió, lo único que provocó fue el que las personas a las que utilizó para intentar provocar ese sentimiento lo odiaran. Y no podía estar más que arrepentido.
Sin embargo, siempre era quien daba más en esas relaciones, era quien terminaba más afectado de los dos.
Eran aproximadamente las siete de la tarde, debido al cambio de horario se había empezado a oscurecer más rápido. Mientras volvía a guardar sus cosas en su auto recibía varios mensajes. Al subir al asiento del conductor decidió leer algunos.
