Fragmentos de ti.

Capítulo 16 Imprevisto.

Ella sabía que él solo estaba haciendo lo que ella quería que hiciera. Después de todo, fue ella quien estaba insegura, la que estaba asustada de lo que sentía y de los recuerdos.

No sabía si estaba preparada para ver esa parte de ella; alguien enamorada de Loid, de la versión joven de ellos en la que no existía un matrimonio de conveniencia o a Anya. Incluso ella tampoco era asesina.

Eran, al menos desde su perspectiva, libres. El único problema en ese entonces era Demetrius.

Tras la confesión de Loid en el recuerdo, Yor pudo sentir e intuir que su versión pasada iba a derrumbar todas sus murallas y entregarle su corazón a Loid sin términos ni condiciones, tan inocente como alguien a esa edad o Yor podía ser.

Probablemente conocería más de Loid, e incluso podrían llegar al fondo de por qué ahora no recuerdan todo con detalle. Y estaba aterrada.

¿Qué pasa si algo oscuro ocurrió entre ellos? ¿Y si ambos se alejaron por problemas? ¿Y si Loid descubre que ella es asesina y esa fue la razón de su separación?

Yor entró a Garden cuando sus padres murieron, a un mes de salir de la escuela Edén, el mismo año que los recuerdos indican que conoció a Loid.

<<Él no tiene que enterarse de lo que soy en realidad... No sé si pueda perdonarme toda la sangre que tengo en mis manos>> pensó.

A pesar de eso, ayer cuando habló con Camila y las demás, llegó a la conclusión de que tal vez las circunstancias del entorno hicieron que ambos se separaran y que no fueron ellos. La única manera de descubrirlo era manteniendo esa dinámica.

Sin embargo, la última vez ni siquiera se estaban tocando y no ha vuelto a pasar desde entonces. Sus palabras ahora eran una bala que atravesó su mente.

—Por el bien de todos aquí, especialmente de ti, deberíamos parar de intentar buscar el pasado —habló Loid.

Yor parpadeó, intentando encontrar palabras para hacerlo retractar y entender que quería recordarlo todo, a pesar del miedo.

Antes de que pudiera hablar, la puerta se abrió de golpe.

—¡Hermana! —gritó esa voz conocida.

Yor ladeó su cuerpo y la cabeza para ocultar la expresión en su rostro.

—No puedes tocar la puerta como una persona normal —protestó Loid.
—Hola, Yuri —saludó Yor con la voz apagada, lo cual no pasó desapercibido por Yuri.
—¿Qué le hiciste a mi hermana? —gritó Yuri, tomando a Loid por el cuello de la camisa.
—¡Yuri! —exclamó Yor—. Él no me ha hecho nada.
—¿Entonces por qué tienes esa expresión en tu rostro? —preguntó Yuri sin mirarla.

Yor apretó los labios y negó con la cabeza.

¿Cómo explicar que tenía miedo de los recuerdos con su esposo falso, pero que tenía más miedo de no recordar nada y vivir así para siempre?

—Te dije que si hacías llorar a mi hermana yo iba a... —comenzó Yuri.
—¡Déjalo! —interrumpió Yor, separando a Yuri de Loid.

Se paró en medio de ambos, cubriendo a Loid con su cuerpo y una mano en su espalda. Loid observó primero a Yuri y luego a la mano de Yor, apretando los labios y apartándose de ella también.

—Él no me ha hecho nada, y en todo caso, es asunto mío y de Loid, no tuyo —habló ella con seguridad en la voz.

Yor sentía su corazón latir en su garganta y podía jurar que todos la estaban escuchando.

—Puede que sea así, pero te dije que si hacías llorar a mi hermana... —continuó Yuri.
—¡Él no está haciendo nada! —gritó Yor.

Sabía que si Yuri descubría que Loid era parte de su pasado, lo investigaría y culparía de borrarle la memoria.