XIX

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Las llamas del caos se avivaron cuando la gente reconoció a Helaena y Aemond en el aeropuerto con cara de estreñidos. No solo Ignoraron a todo aquel que se le cruzaba sino también les lanzaban dagas con la mirada. Todas las fotos que les tomaron iban acompañadas de un pequeño título "Hermanos protectores" o "miradas que matan". Con su presencia siendo notada por el público ya nunca podrán esconderse.

Por otro lado, estaban Daeron y aegon de camino a los premios para hacer su debut. Ambos vestían trajes, aegon usó un traje completamente negro que marcaba su esbelta figura la que tanto se esforzó por conseguir, sus cabellos bien peinados y hermosos anillos verdes lo hacían ver mejor. Contrario a su hermano, Daeron usó una camisa blanca y encima un chaleco verde ajustado que lo hacía ver más atractivo pese a su corta edad enamoró a muchas personas.

Al bajar del carro los flasheos aparecieron en cuestión de microsegundos; los gritos no se hicieron esperar, todos anhelaban saber más de la secreta vida de los hijos perdidos del difunto empresario Viserys y la fallecida reina de belleza Alicent.
Es obvio que su belleza irreal fue otorgada por su madre. Ambos sonrieron y disfrutaron de la atención obtenida, al caminar por la alfombra roja las fotos nunca cesaron, y la gente pedía autógrafos.

-¿Sus hermanos estarán aquí en algún momento de la velada?- preguntó enseguida la entrevistadora

- Esperemos que no- respondió Daeron - Nos van a regañar

-Hace mucho que no vemos sus hermosos rostros por aquí, ¿Que se siente al estar de regreso?

- Es mucha adrenalina, el estar afuera y ver cómo aún después de tanto tiempo aún hay mucha gente que nos reconoce es conmovedor - Aegon habló con sinceridad

- Daeron, la última vez confesarte que tú media hermana Rhaenyra te abofeteo

- Así es- asintió solemnemente

- ¿Podrías contarnos cómo sucedió?

- Daeron se rió nerviosamente - En realidad no sé si sea apropiado hablar de esto, ayer mi lengua se deslizó y hablé de más

- ¡Oh!- exclamó - No te preocupes será nuestro secreto

-¿Nuestro y de un millón de personas?- Daeron bromeó sarcástico, aegon solo se rió de la tremenda actuación que está haciendo su hermano fingiendo que le importa la reputación de su querida hermana - En realidad no fue algo serio, yo tenía ¿qué? ¿5 años?

- Sí, aún te orinabas en la cama

- Cállate - empujó en broma a su hermano - Como decía no se porque sucedió, no recuerdo muy bien solo sé que de repente sentí su mano impactar en mi rostro

- Fue muy ruda- se quejó la chica

- Bueno, a lo mejor me lo merecía - puso una mueca triste e incómoda mientras se alzaba de hombros

- Iremos a dar una vuelta, guapa. Nos veremos después- se despidió Aegon después de responder un par de preguntas más irrelevantes

- Eso espero - le coqueteo de regreso

Al alejarse Daeron soltó la risa que tanto se esforzó en contener. Aegon conoció a muchas mujeres preciosas con las que no tardó en coquetear. Incluso los hombres se veían atractivos y aegon no sabía a quien escoger para pasar la noche.

Mientras los hermanos disfrutaban de la atención que les daban, Rhaenyra y Daemon estaban llegando para tomarse las fotos.

- Tío por favor finja estar feliz - Rhaenyra le murmuró

- Quiero ir con mi esposo

- La dependencia hace daño tío

- Cállate que tú extrañas a tu gorila

Sex,Drugs And IssuesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora