En un día nublado, los pájaros no cantaban y los niños no jugaban. Debido a que el día de ayer una traje día avía ocurrido.
Y una familia fue la afectada, dónde se les fue informado a través de una llamada.
La noticia fue tan repentina que dudaron en un principio que fuera cierto. No fue hasta que la persona de la otra parte de la línea afirmó que trabajaba en ele hospital.
Ante eso, los mayores de la casa habían ido hasta dicho hospital, donde ahí mismo, pudieron confirmarlo con sus propios ojos. Y eso, les callo como un balde de agua fría.
Del cielo nublado comenzaron a caer unas gotas de aguas, para segundos después esas simples gotas se convirtieran en una fuerte lluvia, dónde impactaban con ferocidad en la ventana de una habitacion.
Lugar donde solo el ruido de las cientos de gotas de agua chocaban contra el vidrio eran el único sonido emitido en las 4 paredes. Y a pesar de la poca iluminación que tenia el lugar, la luz que entraba por la habitacion era as que suficiente para ver lo que tenia adentro.
Lo primero que uno notaria al entrar serian las paredes azules con el suelo de madera barnizada, un par de mueble como una mesita de noche con un pequeño velador encima, y un ropero donde su guarda la ropa. Donde al lado de este se podía ver una estantería colgada en la pared, que sostenía algún que otro viejo juguete, pero lo mas resaltante eran tres trofeos con una pelota ovalada en cada uno.
Y para terminar, una cama de una pieza con una sabana roja y dos almohadas rectangulares blancas. Donde un adolescente se encontraba sentado en el borde.
Sus vestimentas era deprimentes por así decirlo, vestido completamente de negro de pies hasta los hombros. Con su espalda encorvada, sus codos estaban apoyados sobre sus rodillas y sus manos estaban tomadas una con la otra.
Con su mirada clavada en el suelo, como si fuera la cosa mas interesante del mundo. Pero su atención seria desviada.
La puerta golpeada y seguido de eso una voz se escucharía.
—Hijo, ¿puedo pasar?— preguntaría una voz gruesa y masculina, que aparentemente era su padre del otro lado de la puerta.
—Adelante...— respondió sin ganas aquel chico.
Las bisagras de la puerta rechinaron cuando se abrió, y un hombre entro a la habitacion del chico. Este con las misma vestimentas que el joven, se dirigió a la cama donde se encontraba el chico y se sentó aun lado de él.
Ninguno de los 2 hablo, solo se quedaron en silencio unos segundos. No fue hasta que el chico decidió hablar.
—Si vienes para decirme lo de la herencia... no es algo que me interese por ahora— le dijo cabizbajo.
Ante lo dicho por el joven, el mayor se encorvo en sus postura antes de soltar profundo suspiro.
—Escucha hijo, se que ahora mismo quieres y necesitas de tu espacio para digerir lo que paso— comenzó a decir el hombre mayor.
—Pero quiero darte algo— el hombre mayor llevo su mano derecha hacia adentro de su saco negro y saco una pequeña caja rectangular que ocupaba su mano casi por completo, La cual fue puesta delante de la visión del joven.
Pero este ni siquiera le presto atención, prácticamente no había escuchado a su padre debido a que en estos instantes su cabeza estaba en otro plano existencial. Pero unas simples palabras le bastaron al hombre mayor para traerlo devuelta.
—Le pertenecía a tu abuelo— y como si movieran un interruptor, el joven parpadeo un par de veces antes de que su vista se enfocara en aquella caja de madera de roble barnizado.
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El protector indeseado
FanfictionLuego de asistir al funeral de un familiar muy amado y cambiar de casa en otra ciudad, un joven adolescente de 17 años es seleccionado para cargar con una responsabilidad inesperada. Acompáñalo en esta aventura llena de nuevas experiencias y peligro...