sᴀɴɢʀᴇ ᴅɪᴠɪɴᴀ

ᴘʀᴏ́ʟᴏɢᴏ┊ᴘʀɪɴᴄɪᴘɪᴏ ᴅᴇ ᴠɪᴅᴀ

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Ha pasado un milenio desde que Xie Lian fue designado como el nuevo emperador del Reino de los Cielos.

Un milenio en el cual el Reino Humano a evolucionado, las sectas prominentes se han alzado. La cultivacion se ha vuelto un elemento vital para el combate así como la creación del núcleo dorado, alentando el envejecimiento y favoreciendo el poder de un cultivador. Las bestias divinas han empezado a hacer presencia, con un gran poder capaz de destruir a una región entera.

Por supuesto, el Reino Fantasma no se quedó atrás.

En las profundidades más oscuras del Reino Fantasma se encontraba un bosque repleto de maleza y demonios de alto rango, sin embargo, ahí se encontraba un gran árbol. Aquel árbol tenía un brillo cegador, su tronco era blanco cual nube con unas raíces fuertes arraigadas al subsuelo, pero esto no era lo más impresionante, las hojas eran blancas, tan brillantes como un diamante. Existía una leyenda, la cual afirmaba que dicho árbol tenía el poder de la fertilidad, este ofrecía una flor muy peculiar, capaz de que hombre o mujer pudiera concebir sin importar que tan infertil pueda llegar a ser. Después de tal descubrimiento miles de cultivadores, dioses y fantasmas intentaron conseguir aquella flor, jamás esperaron que del tronco del árbol emergiera un gran zorro blanco de 9 colas.

—Solo aquel que sea digno de derrotarme podrá tomar una flor del gran árbol, Shén Shù.

Fueron las palabras dichas por aquel zorro. Pero así como era verdad también era un juego, aun si ganabas debías pagar un precio que el zorro determinaría. Muchos lo intentaron, y solo consiguieron su inminente derrota.

No fue hasta que el rey fantasma decidió visitar aquel lugar personalmente, ganando victorioso la batalla. Una de las ramas se extendió ofreciendo al de túnicas rojas carmesí una flor rebosante de energía, este la tomo y cuando estaba dispuesto a retirarse fue detenido por la voz grave del zorro.

—El precio a pagar será tu hijo.

Hua Cheng frunció en seño mirando por sobre su hombro nuevamente al zorro. —¿Qué quieres decir con eso?

—Una vez que tu pareja de a luz a su hijo este deberá vivir una vida como un simple mortal y soportar las adversidades del mundo humano. Deberías saber que anteriormente vino un dios marcial, aquel hombre está bajo el mismo trato. —Las palabras eran sensatas pero con un tono que no daba paso a las negaciones. —Veo un gran futuro entre ambos príncipes. —Con esas últimas palabras se desvaneció, volviendo dentro del corazón del gran árbol divino.

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Un año ha transcurrido desde aquel enfrentamiento.

Las hojas de los árboles se tornaban en los típicos colores otoñales haciendo relucir hermosamente un paisaje repleto de tonos variantes al naranja, amarillo y cafe, junto a el clima frío que comenzaba a hacer presencia azotando las hojas de los árboles haciendo caer a las más frágiles. Pero en otro lugar todo estaba apunto de derrumbarse...

En el gran Reino Celestial estallaba el estruendoso llanto de un bebé, los cielos retumbaban con ferocidad sacudiendo la tierra 3 veces, ¿la razón? había nacido el hijo del emperador Xie Lian. Los demás dioses victoreaban el nacimiento de su alteza, Hua Ying. Hijo del gran Rey Fantasma y del Emperador de los Cielos. Pero esta emoción no era parte de los progenitores, Xie Lian veía con adoración a su pequeño hijo que yacía dormido en sus brazos pero esta mirada cambió a una de tristeza y temor, sabía que debía enviar a su hijo a la tierra y que fuera criado por alguna pareja de cultivadores o personas comunes. Su esposo a su lado compartía su mismo sentir, claramente el hombre estaba abrazándolo por la espalda intentando reconfortar al de blanco...para ellos no sería fácil abandonar a su pequeño hijo.

Y grande fue la sorpresa de todos cuando a los 5 días del nacimiento de su nueva alteza, los cielos volvieran a sacudirse ferozmente, las campanas sonaban y algunos palacios celestiales eran derrumbados con facilidad ya que estos habían quedado inestables por el temblor de hace unos días. Muchos estaban curiosos por saber lo que sucedía, buscaban a algún nuevo Dios que hubiera ascendido, pero todos detuvieron su búsqueda cuando se enteraron que aquello había sido causado por el nacimiento del hijo de los Dioses Marciales, Nan Yang y Xuan Zhen.

Hua Ying y Feng Cheng, apenas siendo unos recién nacidos ya habían causado un gran alboroto en el Reino Celestial, sin duda tenían un gran poder espiritual, digno de ser admirado.

—¿Han tomado una decisión?

En esos momentos ambas parejas se encontraban tomando una decisión, sus hijos serían enviados al Reino Humano y lo más conveniente era enviarlos juntos.

Feng Xin soltó un largo suspiro y dirigió su mirada a la persona que acababa de hablar. —Serán enviados al mismo lugar. —Ante sus palabras se ganó una pequeña sonrisa por parte de Hua Cheng, con el paso de los años habían mejorado su comunicación, al principio fue por Xie Lian pero al final se terminaron soportando al punto de tener algo cercano a una amistad.

—Existe una secta al suroeste, Yunmeng Jiang. Los líderes sólo tienen una hija, la matriarca estuvo al borde de la muerte después de su primer parto y decidieron ya no tener más hijos. —La voz de Yin Yu se hizo presente mientras dejaba un pergamino con la información en la mesa.

—Así que ya tenían todo planeado. -Mu Qing soltó con indignación poniendo los ojos en blanco.

Xie Lian sonrió apenado pero tampoco desmintió aquello. —A'Ying y A'Cheng son muy unidos, sabes bien que es muy difícil hacer que se separen.

Él tenía razón y todos eran conscientes de eso. Para todos fue demasiado obvio el brillo en los ojos de los pequeños cuando se miraron por primera vez.

—Ya es hora, hoy se cumple el último día de este mes. —Todos en la mesa asintieron dirigiendo su mirada a Yin Yu que estaba a un lado de la cuna donde se encontraban los niños. —Sabes cuál es tu trabajo, no cometas un error. —Hua Cheng esta vez hablo con seriedad.

Y asi Yin Yu tomo a ambas jóvenes altezas dirigiéndose al Reino Humano.

Jamás se espero que tendría la gran suerte de encontrarse con una serpiente de más de 300 años.

┊Pido una disculpas por las faltas de ortografía, soy nuevo en esto de publicar historias pero intento dar mi mejor esfuerzo. Espero que disfruten de esta historia tanto como yo disfrutó al escribirla e intentaré no tardar demasiado en actualizar.