XIII

18 3 0
                                    

El castigo de Levi consistió en trescientos látigos en todo su cuerpo, tres mutilaciones en sus dedos, quemaduras y como castigo final también se le Quito su ojos derecho.

Los responsables de la tortura fueron nada más que Jean y el sacerdote. El joven discípulo obligaba a Levi que dijera el paradero de Mikasa, mientras que el sacerdote solo lo torturaba con la esperanza de poder asesinarlo, sin tener la más pálida idea de quien estaba dentro de esos túneles.

Como Levi no liberaba palabra alguna, no tuvieron más remedio que intentar ahogarlo colocando su cabeza dentro de una cubeta mediana de agua helada.
Tal como se lo había mencionado el creador, el dolor humano es insoportable, doloroso; y Levi lo comprobó ya que sus mismos gritos desgarradores se oían en todos los pasillos de los túneles de la iglesia. Si todo esto fue soportable para Mikasa entonces el daría hasta su propia existencia a cambio de su libertad y derecho a las alas.

Finalizada la tortura en la media noche, arrastraron el cuerpo semi inconsciente de Levi a su respectiva celda y lo encadenaron con ambos brazos extendidos simulando la posición de cristo pero el azabache se sorprendía la fuerza de capacidad que aún poseía para no mostrar su verdadera apariencia.

—¡Mírame demonio!— Demandó el sacerdote deteniendo sus pasos a tan solo unos centímetros del masculino, sosteniendo entre sus manos una biblia—. Serás exorcizado bajo el nombre de Cristo nuestro señor —comenzó a recitar palabras en latín del versículo el cual leía con atención pero Levi parecía no mostrar indicios de quemaduras y súplicas; lo único que podía dañar su piel eran las gotas de agua bendita que eran salpicadas sobre su rostro, torno y brazos-. Tu poder no nos intimida, tu eres devoto de Lucifer.

Levi contuvo sus ganas de reír sarcásticamente. Si tan solo ese idiota supiera que el mismo Lucifer está encadenado frente a él dejaría de decir tantas estupideces.

-¡Señor!- Un discípulo llego corriendo de los paneles hasta la celda donde ambos se encontraban- Buenas noticias.

3¿Que sucede?—cerró su biblia sin apartar la vista de Levi, lo miraba con demasiado desprecio—. Aún no termina el exorcismo.

—Encontramos a Mikasa.

Esa noticia fue suficiente para que el anciano se alegrará de finalmente cumplir con las ejecuciones de sanación según su perspectiva religiosa.

—Mika..sa...

Levi pudo escuchar a duras penas su nombre. Sabía lo testaruda que era la azabache como para no quedarse con los brazos cruzados. Juraría que seguramente enviaría a Erwin para ser liberado.

—¡Cierra la boca!—regañó el cura golpeando con su biblia la cabeza de Levi—. Trae a Mikasa.

Nuevamente ordenó sin imaginar que estaba cayendo en su propia trampa. Una trampa hecha a la perfección por Armin quién no dudó en aportar su inteligencia para llevar a cabo la liberación de Lucifer junto con su amiga.

(•••)

Annie y Hange interrumpieron en la casa de Armin. El rubio se encontraba sentado sobre el borde de una cama matrimonial llorando desconsolado sosteniendo la mano de su difunta madre quién había fallecido hace un par horas. Eren estaba parado a su lado acompañando que su mejor amigo hasta que la aparición abrupta de Annie lo tomó por sorpresa.

—¿Annie?

—¡Ustedes dos! Debemos irnos ahora, no están a salvo aquí— ordenó con apuro pero inmediatamente se compadeció de la perdida de Armin apoyando su mano en el hombro del rubio, sabía perfectamente cuanto amaba a su familia—. lo siento Armin...

NO ME AMES MIKASA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora