Su madrastra negó divertida, cuando vió a Saori cerrar un grueso libro de barcos que había terminado y abrir otro de inmediato, acomodada sobre un diván, en uno de los salones de descanso.
—¿No se cansa de leer?— preguntó y la joven levantó la vista por sobre las páginas.
—Esa es un pregunta que haría un analfabeto— bufó.
—Pues perdone— dijo Izumi con sarcasmo —Solo que no me parece que sean muy interesantes ese tipo de libros. De repente está toda entusiasmada.
—A mi prometido le gustan los barcos, debo estar preparada para seguir el ritmo de la conversación— se encongio de hombros.
—¿De verdad solo hablaron de eso?
—Sí...— respondió la princesa, guardándose las dudas que tenía respecto rey, solo para ella.
No había que ser muy sabío para darse cuenta de que su majestad no actuaba de manera normal. Al principio lo atribuyó a timidez, pero después, al pensarlo bien, se percató de que eso no tenía sentido. Cuando tocó el tema de las maquetas, de inmediato comenzó a dejarla entrar. Bajo esa actitud huraña se escondía alguien amable e infantil de cierto modo, y descubrirlo solo la llenó de entusiasmo para seguir hondando en el asunto. Si quería tener un buen matrimonio y una buena vida, debía conquistar al rey. Y en cuanto a ella, ya sabía la razón por la que al recordar aquella débil sonrisa del monarca ante su halago, se le coloreaban las mejillas.
En la tarde recibió la invitación de la princesa Kushina, quien no había visto hacía al menos una semana. Cenar con su futura suegra, una persona de alta cuna con modales impecables, la ponía nerviosa, pero no era una reunión a la que se podía permitir faltar. En el gran comedor solo estaban ellas, y aunque prefería que fuese así, a Saori le extrañó que la princesa no hubiera invitado a Izumi, al menos por cortesía. Una fila de sirvientes flanqueban la larga mesa, atentos a cualquier pedido de ayuda. Tuvo que detener a uno que se acercó a picar su carne, cuando hizo un movimiento torpe con el cuchillo; sería demasiado vergonzoso permitir algo así.
Al final del aburrido protocolo, la princesa al fin tocó el tema por el que Saori sabía que esperaba.
—¿Cómo fué su primer encuentro?— la leve sonrisa en su boca no se sentía del todo amable.
—Muy bien— respondió sincera, obviando la primera etapa. Esas palabras parecieron asombrar a la princesa.
—Me alegra ¿Hablaron de la boda?
—No, solo de barcos— Saori no pudo evitar fruncir un poco el ceño ante una risita cínica.
—No importa, de todas maneras tu deber es darle hijos, no entablar una amistad o un absurdo romance— espetó.
—¿Por qué dice eso? ¿Acaso hablar de barcos está mal?
—Sí, cuando es de lo único que habla para huir de una conversación real— murmuró tras su copa de vino.
—Tal vez no tiene a quien platicarle de sus gustos. Me imagino que debe ser aburrido tratar todo el tiempo con asuntos de la corte.
—Es el rey— recordó la princesa.
—Eso lo tengo presente— añadió —Y espero que a la princesa no le moleste si me esfuerzo en hacer de mi matrimonio algo más que un contrato obligatorio.
—No te quiero desilucionar, así que adelante— rió.
—¿Por qué la duda? ¿Acaso su majestad no es un hombre capaz?
—¡Mi hijo está perfectamente sano!— bramó furiosa y Saori levantó una ceja, no dejándose intimidar.
—¿Cuándo hablé de enfermedad?— indagó, colocando una expresión fría —¿Hay algo que deba saber?
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Mad King
FanfictionLa única hija del duque Uchiha, de la noche a la mañana se ve envuelta en los planes de la familia real. Una niña inocente y testaruda, deberá emerger como fuerte mariposa a pesar de los obstáculos, y esta vez cambiar la historia, para ser ella la s...