Franco no cabía de la emoción, cuando Juan le dijo que pensaba estar fuera toda la noche y Oscar le informo que tenía una cita, empezó a planear la cita ideal.
Decidió que ya que la pasarían en la casa él podría cocinar algo, no solo sería un gesto lindo si no que ahorraría algo de dinero. Lo cual es su situación no le vendría mal.
No era el mejor cocinando pero algo le había aprendido a sus días como amo de casa cuando recién perdieron a Libia, además claro la ayuda que le estaba proporcionando Quintina.
-Pero qué emoción Don Franquito, ya quiero conocer a su novia- Exclamaba ella mientras le agregaba sal a la salsa que estaba preparando para la sopa. Había decidió preparar una sopa de tomate cremosa, acompañarla con pan que preparó directamente en la panadería, además de una ensalada.
-Me da tanto gusto que encontrara a alguien que de verdad lo hiciera feliz, ya decía yo que esa cantantucha no era mujer para usted, mírese nomas esa sonrisota.
Franco rio.
-Solo recuerde lo que me prometió Quintina, se la presentó y nos deja solos, y ni una sola palabra sobre esto a nadie.
-Que si, Don Franquito, yo soy una mujer muy discreta.
-Si como no- Quintina era una excelente persona, pero de discreta no tenía nada.
Terminaron de cocinar y acomodaron la mesa, se esmero en que se viera lo mejor posible. Saco unas cuantas velas que tenían guardadas para los días en los que se quedaban sin luz, y colocó un jarrón con margaritas en el centro.
Puso un plato a cada esquina y dejó solo dos sillas en la mesa, las demás las metió en el cuarto que compartía con sus hermanos.
Una vez conforme con su trabajo se apresuró a bañarse, y cambiarse.
La nota que le había dado a Sarita la citaba a las 7, aún faltaban 15 minutos y con algo de suerte ella llegaría un poco tarde y le daría tiempo de.....
*Toc toc*
Maldijo por lo bajo, Y corrió a la puerta mientras se abrochaba la camisa.
-Quintina!
Abrió la puerta y se tomó un momento para admirarla, su cabello estaba suelto y arreglado en suaves ondas que caían en sus hombros, tenía puesta una blusa strapless blanca con una chamarra de mezclilla oscura encima de esta.
-¿Por qué será que me vine a fijar en alguien tan puntual?- Franco era el rey de la impuntualidad y el caos y Sarita la persona más organizada que conocía.
-Tu eras el que me perseguía a mi- Le respondió ese pequeño demonio mientras se encogía de hombros.
-Venga para acá- la atrajo a él para saludarla como era debido, y la sintió sonreír en medio de el beso.- Te ves hermosa.
-No me dijiste que tenías planeado para hoy así que me vine casual.
-Estas perfecta, te prepare la cena y comeremos aquí, ¿cómo te suena?
-¿Sabes cocinar?- Preguntó ella sorprendida.
-Así es, bastante decente eh de de...- un carraspeo lo interrumpió antes de que pudiera terminar de hablar.
Detrás de él Quintina lo miraba expectante, se alejó de Sara y le indico que pasara.
-Sara, esta es Quintina nos ayuda aquí en la casa- y muy a regañadientes agregó- y fue quien me indico cómo preparar gran parte de la comida.
No la dejo ni hablar cuando ya la estaba abrazando.
-Pero que gusto conocerla señorita, es usted muy linda, Ay! Don Franquito me da tanto gusto por usted, espero le guste la comida y la decoración- A pesar de lo abrumadora que el sabia que Quintina podía llegar a resultar, Sara parecía encantada con el entusiasmo de esta. Aunque temía que como de costumbre Quintina hablara más de la cuenta y lo dejara en vergüenza.
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El verdadero amor perdona
RomanceEh estado leyendo tantos fanfics de estos dos, que no podia no escribir uno propio. En esta historia la relacion de Franco y Sarita empieza antes, tratare de no cambiar mucho la historia original para que les sea sencillo imaginar esta historia como...