Maya se había acostumbrado a dormir con la espalda apoyada en la pared y la cabeza en la puerta de la pequeña habitación. Ni una noche había tocado el colchón a su lado, ya que eso significaría alejarse de la única conexión que tenía con el resto del mundo, que era la pequeña rejilla en aquella puerta.
Ni siquiera se había atrevido a sacar su cuaderno de dibujos, principalmente porque no podía ver suficiente, y no quería arruinar ninguna página por error.
Llevaba solo cuatro días, y no sabía cómo iba a aguantar diez más.
Se pasaba todo el día con la oreja pegada a la puerta, escuchando a su tío quejarse de como seguían llegando más lechuzas con cartas como la que le habían quitado a ella, al parecer, quien sea que quisiera comunicarse con ella estaba muy empeñado en hacerlo, lo que le daba algo de esperanza de que, al ver que las cartas no funcionaban, aparecerían allí para llevársela.
Sus tíos discutían por eso todas las noches, pensaban que no podía oírlos, pero las paredes eran muy finas y ellos no intentaban precisamente ser silenciosos.
Comenzaban con susurros que ella no podía entender hasta que su tío se exaltaba y le recriminaba a su tía porque la hubieran acogido y que habían dejado entrar a un monstruo a su casa después de lo que le hizo a Dudley.
A ella ya no le afectaba cualquier insulto que tuvieran preparado sus tíos. Ya los había escuchado todos, y tampoco es que la opinión de las personas que más odiaba en el mundo fuera realmente importante.
Tampoco conseguía arrepentirse de lo que le hizo a Dudley, fue su culpa por nombrar a sus padres. Él sabía que no debería haberlo hecho, pero no le importó, y ella ni siquiera pensó, fue automático. Un segundo estaba de pie apretando los puños para evitar decir algo de lo que pudiera arrepentirse y al siguiente estaba atacando a su primo.
Lo único que la preocupaba era lo que podría haber hecho si su tío no la hubiera apartado. No por Dudley, si no por ella misma.
¿Qué habría estado dispuesta a hacer con tal de hacer que cerrará la boca?
Pero intento no pensar en ello. Lo que importaba es que Dudley seguía ahí,molestándole siempre que podía subiendo y bajando las escaleras y acercando su plato de comida a la rejilla de la puerta para que ella pudiera olerlo, sabiendo que no comería nada de eso.
Maya frunció el ceño cuando escucho un golpe en la puerta de la casa, como si algo intentará entrar. Se acercó más si aún era posible a la rejilla intentando ver algo,pero era inútil,solo podía ver una fina línea de la pared frente a ella.
Escucho a su tio gritar desde el comedor, maldiciendo a las lechuzas, y cuando creía que iba a ser lo mismo de todos los días, se sorprendió al escuchar los gritos de todos los Dursley.
En vez de sentir miedo por lo que estuviera pasando, sintió bastante curiosidad. ¿Qué estaba atacando a sus tíos? ¿Por fin iba alguien a por ella?
De repente la pared frente a ella desapareció de su campo de visión en la rejilla cuando decenas de papeles volaron por la casa a toda velocidad, haciéndola fruncir el ceño.
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𝐃𝐚𝐲𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭 | 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 & 𝐏𝐞𝐫𝐜𝐲 𝐉𝐚𝐜𝐤𝐬𝐨𝐧
Fanfiction[ 𝒊 𝒐𝒏𝒄𝒆 𝒃𝒆𝒍𝒊𝒆𝒗𝒆𝒅 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒘𝒐𝒖𝒍𝒅 𝒃𝒆 𝒃𝒍𝒂𝒄𝒌 𝒂𝒏𝒅 𝒘𝒉𝒊𝒕𝒆,𝒃𝒖𝒕 𝒊𝒕'𝒔 𝒈𝒐𝒍𝒅𝒆𝒏] La vida de Maya Potter estaba marcada por la palabra dolor. Desde perder a sus padres cuando era sólo un bebé a tener que vivir con sus...