Capitulo 5

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Narra Alex

Han pasado dos semanas desde mi viaje a Hawái, cuando desperté ella ya no estaba, la busqué desesperado y no la encontré. Ahora mismo estoy esperando a que Sara entre para celebrar nuestra boda, busco con la mirada a Pedro, es el padrino de mi boda, le hago un gesto para que se acerque, me aflojo la corbata agobiado, se acerca y le miro, carraspeo antes de hablar.

-¿Qué pasa hermano?

-No puedo hacerlo, no puedo casarme. -digo en voz baja.

-Sólo son nervios, tranquilo.

Se va sin dejarme decir nada más, tengo mucha calor, se abren las puertas y llevo la mirada hacia Sara que se acerca sonriente, se pone a mi lado y comienza la ceremonia, no sé que está diciendo el cura, no sé que está pasando a mi alrededor, no escucho nada, solo tengo una voz en mi cabeza y es la de Ayla, está llorando, gritando mi nombre, me necesita, la necesito, necesito verla, abrazarla, necesito volver a escucharla reír, salgo de mis pensamientos cuando la mano de Sara aprieta mi brazo.

-Cari, tienes que contestar.

-No puedo.

-Tranquilo hijo, es un día especial y estas nervios, volveré a hacer la pregunta, tú respira hondo.

-No quiero.

Sara me mira esperando que me ría pero no lo hago, me aparto de ella y salgo rápido de la iglesia, voy hacia mi coche, de lo único que estoy seguro ahora mismo es que voy a ir a Hawái a por ella, me agarran del brazo y me suelto.

-Venga tío, no puedes hacer esto, no puedes dejarla plantada en el altar por una chica que acabas de conocer.

-Sé que es una maldita locura.

-Lo es, vuelve dentro, discúlpate y cásate.

-No, Ayla me ha robado el corazón, es que sé que es ella, es mi alma gemela, con ella he conectado, me siento vivo cuando estoy con ella. ¿Has escuchado su risa? Llevo con su risa en mi cabeza todas estas semanas o con su preciosa voz protestando porque me como sus chocolatinas. La primera vez que dormí con ella, tuve claro que quería abrazarla todas las noches de mi vida, si no es ella, no será nadie.

-¿Y qué vas a hacer? Ella vive allí, no va a aceptar que vayas como un loco a por ella.

-Me da igual, tengo que ir y hacerle saber que la quiero en mi vida, me importa una mierda lo demás.

-Estás loco, no puedes hacer eso.

-No estoy loco, estoy pillado por ella.

-¿Qué piensas hacer? Es una locura y te va a romper el corazón.

-Me importa una mierda mi corazón, me da igual que no me quiera, pero voy a sacarla de esa isla, voy a hacerla feliz. Me voy en el primer avión a Hawái.

-No puedes ir.

-¿Tú tampoco me apoyas? Porque me va a dar igual ir con tu apoyo o sin el, voy a ir igual.

-No, tío, es que ella no está allí. Ella se vino al día siguiente de venirnos.

-¿Por qué no me dijiste nada? Llevo estas dos semanas hablándote de ella.

-Precisamente por eso, te ibas a casar y ella y yo decidimos que era lo mejor.

-¿Está en tu casa?

-Sí, pero no quiere verte.

-¿Por qué? Siempre la traté bien e intenté hacerle sentir cómoda.

El Arte Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora